Por su trabajo acerca de las ondas cálidas y frías en México y frente al hecho de que el ambiente se ha vuelto muy extremoso y ha salido de sus periodos más típicos por el cambio climático, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) entregó la Medalla al Mérito Benito Juárez a la académica universitaria Rosalía Vidal Zepeda.
Con más de cuatro décadas de labor ininterrumpida en la Universidad Nacional, la investigadora del Instituto de Geografía (IG) recibió medalla y diploma de manos del presidente de la Academia de Geografía, Álvaro Sánchez Crispín, entidad que forma parte de la SMGE, al concluir los trabajos del VII Simposio de Enseñanza de la Geografía en México Querétaro 2011.
Con poco más de un año de trabajar este tema, ya tiene los primeros dos mapas. Sin embargo, busca elaborarlos año con año desde 1897 para conocer la evolución de las ondas cálidas y frías en el país, y qué regiones han sido afectadas. El uso de los sistemas de información y de las computadoras lo hace más fácil.
Para este proyecto, la también catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras colabora con integrantes del Departamento de Geografía Social de la misma instancia, para determinar a qué sectores de la sociedad afectan estos fenómenos, qué cantidad de población y en qué lugares.
Uno de los trabajos que causó mucho interés, recordó, fue su tesis doctoral sobre el clima de los inviernos en México, de 2001. Para ello, realizó un mapa en colaboración con María Inés Ortiz Álvarez, especialista en población del mismo IG, a fin de evaluar la cantidad de gente que todos los días, durante seis meses al año, amanece en condiciones de temperatura bajo cero en el país.
Se trata, detalló, de núcleos de población humildes, cuyas casas están construidas con tablitas de madera y no cuentan con los aislantes necesarios para soportar esas condiciones de temperatura; además, tienen que dormir alrededor de fogones y cerca de los animales para mantener el calor.
Normalista de formación, Vidal Zepeda mencionó que decidió estudiar geografía por una maestra muy entusiasta que conoció mientras cursaba la normal. “Siempre nos invitaba a dedicarnos a esta disciplina, porque decía que con ella se viaja mucho, se conoce el mundo y me enamoró del tema. Ya nunca dudé en dedicarme; estudiaba la carrera por la tarde, mientras laboraba en una escuela primaria. Posteriormente, comencé a trabajar en el instituto como ayudante de investigador”
La experta universitaria detalló que sus tareas iniciales comenzaron a desarrollarse con la elaboración del Atlas Porrúa de la República Mexicana, proyecto apasionante porque era la primera vez que se hacía un trabajo completo de este tipo en la nación.
“Las cartas geográficas siempre han sido mi pasión. Mientras se estudia la licenciatura hay prácticas de campo, recorridos por Baja California, el Bajío, el norte y las fronteras. Me daba gran alegría conocer México. Después, al asistir a los congresos internacionales, se descubre el mundo, que también tiene una geografía muy interesante”, indicó.
Con 45 años de trayectoria, mencionó que una de las más grandes satisfacciones que ha recibido en este tiempo es ver publicado su trabajo. A veces un mapa, que parece tan sencillo porque “sólo” es una hoja de un metro cuadrado, lleva años de dedicación. Los de climas, de ondas cálidas y frías son resultado de mucho tiempo de esfuerzo, y lo más emocionante es si es publicado.
Por ello, consideró que más que una remuneración de tipo económico o que cualquier otro tipo de aliciente, lo más bonito de esta profesión es ver que el esfuerzo y el trabajo de muchos años es utilizado por los estudiantes o los investigadores, que se agota en las librerías y que hay que actualizar.
Respecto a la medalla, Rosalía Vidal subrayó que se trata de un premio muy importante, porque es el reconocimiento a una labor, tanto en el ámbito de la investigación como de la docencia. Luego de 45 años de trabajo en esta casa de estudios “pensaba jubilarme, pero este tipo de alicientes le sirven a uno para continuar”, concluyó.