Con el objetivo de aprovechar el agua contenida en la niebla, la estudiante de la Universidad Iberoamericana (UIA) Susana Ninio desarrolló un dispositivo que puede recaudar entre seis y 22 litros de líquido al día.
Con el “atrapanieblas” Cecelic (que significa frescura en náhuatl) la alumna de la licenciatura de diseño industrial busca una solución para la escasez de agua que existe en las zonas semidesérticas y desérticas el país.
“Hay muchos lugares con niebla pero también tienen diferencias, tenemos estados como Chiapas, Tabasco, incluso en la zona centro del país con mucha humedad y niebla pero llueve. Sin embargo, sitios como Coahuila y Baja California son zonas desérticas donde llueve si acaso una o dos veces al año, pero a su vez tienen 250 días de niebla, entonces puedes generar agua a través de la misma y no tener lluvia”, detalló Ninio.
De esta forma creó el dispositivo basado en un “atrapaniebla” que se utiliza en el desierto de Atacama, Chile, desde la década de 1970 y el cual tiene como base el bambú y cuerdas.
“La diferencia está en los materiales y el tamaño, aquí utilicé materiales que nos son fáciles de degradar, el canal por donde baja el agua es como una manguera, tiene mayor flexibilidad, porque muchos de los dispositivos en Chile se rompen fácilmente ya que están fijos de los cuatro lados, y no toleran el viento, mientras el mío tiene un juego de tensiones que lo hace más flexible; está inspirada en la vela de barco para que pueda jugar un poco, doblarse y que no se rompa”, detalló.
El funcionamiento del dispositivo inicia cuando la niebla pasa por la malla de Cecelic y queda atrapada, se condensa y posteriormente escurre en forma de gotas hasta llegar a dos canaletas de PVC.
Estas tuberías conducen el agua a igual número de garrafones rotomoldeados del mismo material, cubiertos para resistir la intemperie y después de su llenado, los contenedores pueden rodarse para acarrear el líquido sin gran esfuerzo.
De esta forma, el agua puede ser útil para riego de cultivos, labores de limpieza, higiene personal y hasta para el consumo humano, si es sometida a un proceso de filtración.
“Se puede llegar a recolectar de seis a 22 litros de agua al día, depende de la densidad de la niebla, son cifras que se han comprobado ya en Chile, y tomando como base un metro cuadrado de malla además de depender dónde se instale y cuánta niebla exista”, precisó la estudiante.
Apoyada por el experto en física de nubes y precipitación del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Guillermo Montero, logró determinar que dos de las zonas en donde se puede utilizar este dispositivo con éxito son Ensenada, Baja California, o Las Alanzas, Coahuila.
“Es colosal la diferencia de agua disponible que hay entre las personas que viven en el Valle de México y las que están en la zona norte del país; encontré números que nos decían que en la capital se gasta hasta diez veces más agua que en ciudades del norte. Además que en estas zonas hay hasta 250 días con niebla, que es el principal alimentador del proyecto”, subrayó.
Esta investigación logró ser uno de los cuatro proyectos ganadores del concurso Imagina PVC, convocado por ProVinilo, grupo de interés de la Asociación Nacional de la Industria Química, AC.