Como un ejercicio colectivo para compartir el placer de observar las estrellas, aprender de astronomía y del uso de telescopios, el sábado 3 de diciembre se realizará, en 41 sedes de 27 estados del país, el Reto México 2011, que busca implantar un segundo Récord Guinness, con el mayor número de personas en observación, a través de esos aparatos, del mismo objeto celeste, en forma simultánea.
El blanco será nuestro satélite natural, pero también podrán verse Júpiter y sus lunas, las nebulosas de Orión y Pegaso, así como las constelaciones de invierno.
En el caso de esta capital, las sedes serán Ciudad Universitaria, el Planetario Luis Enrique Erro y el Museo Tezozómoc.
En este esfuerzo de divulgación científica participan la UNAM, a través del Instituto de Astronomía; el Instituto Politécnico Nacional; la Academia Mexicana de Ciencias; el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); la embajada de Francia; las Alianzas Francesas de México; los institutos nacionales de Antropología e Historia, y de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
También, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, la Asociación Mexicana de Planetarios, la Agrupación Mexicana de Distribuidores de Telescopios y Binoculares, y las Sociedades Astronómicas de México
“En 2009, durante el Año Internacional de la Astronomía, logramos para el país el primer Récord Guinness de observación con telescopios, con mil 47 participantes; ahora la meta es, al menos, duplicar la cifra”, explicó, en conferencia de medios, José Franco López, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, y vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Esta segunda edición se suma a la Noche de las Estrellas, que próximamente se realizará por tercera ocasión, para estimular la observación de la bóveda celeste y que en sus dos ediciones anteriores, ha reunido a más de 500 mil personas en esa actividad.
“Invitamos a todos los que quieran acompañarnos a que saquen sus telescopios, los desempolven y los lleven a cualquiera de las sedes para participar”, expresó Rodrigo Vidal, del Instituto de Ciencia y Tecnologìa del Distrito Federal, quien reveló que, hasta ahora, se han inscrito 767 personas por Internet.
“Esperamos que este fin de semana crezca la cifra de participantes en el sitio www.nochedeestrellas.org.mx, para lograr la meta”, destacó.
Para concurrir a este evento gratuito es necesario inscribirse por Internet y llevar un aparato. El conteo lo realizarán integrantes del Club de Rotarios, que darán a conocer las cifras a partir de las 20:00 horas en cada sede, y la juez Guinness que certificará será Joanna Hessling.
Juan Rivas Mora, del Instituto Politécnico Nacional, recalcó que con este ejercicio se busca “tocar almas” y sembrar en los participantes el amor por la ciencia y la tecnología.
Por su parte, Jesús Mendoza Álvarez, del Conacyt, recordó que en México el rendimiento escolar en ciencia es muy bajo, y encuentros de esta naturaleza ayudan a fomentar el interés.
Respuesta a la charlatanería
Philippe Palade, delegado de las Alianzas Francesas de México, indicó que la observación colectiva del cosmos replica un modelo francés que en aquel país despierta el mismo entusiasmo por esta ciencia entre personas de todas las edades.
“Deseo que la contemplación solidaria del cielo nos lleve a la solidaridad por el planeta”, mencionó, para luego adelantar que ya está en marcha un proyecto conjunto de México y Francia, para fundar la Granja de las Estrellas en la Peña de Bernal, en Querétaro, para hacer de ese pueblo mágico un sitio de observación estelar.
Franco comentó que el Reto México 2011 representa el banderazo de salida a varios actos de divulgación, que se organizarán a lo largo del 2012, para dar una “respuesta a la charlatanería que se ha desparramado por Internet respecto a que es un año fatídico por falsas profecías mayas”.
Al respecto, Víctor Torres Roldán, también del IA de la UNAM, aclaró que esa cultura no realizó ninguna predicción sobre el fin del mundo, sino un detallado sistema de calendarios que vale la pena estudiar, porque está basado, precisamente, en contemplaciones astronómicas.