Un texto con fundamentos científicos escrito por Francisco Romero y María Aurora Armienta, de los institutos de Geología y Geofísica de la UNAM, adquiere cada vez más interés entre la comunidad internacional.
Publicado en la revista Applied Geochemistry en 2007, a la fecha es una de las investigaciones más leídas por los especialistas en geoquímica y los interesados en procesos mineros.
Esto se dio a conocer en la reunión de la Unión General de Geociencias Europeas, celebrada este año 2011 en Viena, donde fue notorio el interés por el estudio de los procesos de movilización de metales y metaloides tóxicos en un residuo minero, llamado Presa de Jales, en Taxco, Guerrero.
Los autores de este interesante artículo señalan que a través de la elaboración de perfiles a profundidad de los residuos, fue posible conocer los elementos y cómo se liberan y retienen en el ambiente. Se investigaron estos procesos geoquímicos para identificar la afectación ambiental, detalló Armienta, especialista del Instituto de Geofísica (IGf) y profesora del Posgrado en Ciencias de la Tierra.
El texto, destacó, formó parte del proyecto de tesis doctoral de Francisco Romero, actual investigador del Instituto de Geología (IG).
Es necesario determinar la forma cómo se liberan los contaminantes en distintas zonas del residuo minero. En algunas, estos elementos se mueven y, en otras, se retienen, expuso Armienta, responsable del Laboratorio de Química Analítica del IGf.
“Es importante definir esas capas y evaluar la movilidad de los contaminantes en cada una de ellas para determinar la proporción en que afectarán al entorno. A partir de ello, es factible diseñar alternativas y soluciones”.
Esto enriquece el conocimiento de los procesos de contaminación de la industria minera a nivel internacional. Además, ya se diseñan y ponen en práctica acciones de remediación en la zona referida.
“Fue un análisis geoquímico y mineralógico profundo. Romero, en ese entonces mi alumno, hizo mineralogía a detalle con microscopía electrónica de barrido y de transmisión, algo poco común por la complejidad del análisis e interpretación de los resultados”.
Por ello, apuntó, se identificó que el mineral beudantita es capaz de retener arsénico y plomo e influir en su falta de movilidad, que lo hace menos impactante para el ambiente.
Armienta explicó que se contó con el apoyo del laboratorio a su cargo, así como del soporte de los ubicados en los institutos de Geología y Física, y de la Facultad de Química.
“Esta investigación se desarrolló en un residuo particular, a lo largo de dos años de trabajo constante. Con éstos, y resultados de estudios similares en otros residuos del país, se desarrolló una guía metodológica para dichos procedimientos”, dijo.
“Este proyecto nos coloca en un buen nivel internacional en la geoquímica aplicada. Países como Zambia, España, Francia, Egipto, Italia, Grecia y China, entre otros, utilizaron este artículo en tareas que desarrollan actualmente”.