En diversas especies animales, las hormonas y los neurotransmisores son esenciales en la atracción sexual, la elección de pareja y el apego, expresó Raúl Paredes Guerrero, director e investigador del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM.
En humanos, ratones, cabras, cerdos e insectos, hormonas como la oxitocina participan en la elección de pareja y en el apego; mientras que la dopamina, se activa durante la conducta sexual, aunque no hay evidencia de su relación con procesos placenteros en nuestra especie, aclaró.
Ante estudiantes de la Facultad de Química, el científico presentó la charla de divulgación La química del amor, como parte de las actividades del 62° Encuentro de Ciencia, Arte y Humanidades, que se realiza en esa entidad.
Psicólogo, maestro en ciencias biomédicas y doctor en investigación biomédica básica, Paredes Guerrero es especialista en neurobiología de la conducta sexual y en plasticidad cerebral. Estudia, a nivel experimental, la acción de diversas sustancias químicas en el cerebro para lograr estados afectivos positivos.
Feromonas y sistema olfatorio
El sistema olfativo es el primer contacto que muchos animales utilizan para elegir pareja; lo hace por medio de las feromonas, fundamentales en varios procesos relevantes fisiológicos y reproductivos, como la selección de pareja y la identificación de las crías.
Son sustancias químicas liberadas por un individuo que producen una respuesta fisiológica y conductual en un miembro de la misma especie.
También, “son fundamentales para la comunicación en diversos aspectos de muchas especies animales. Una de las más estudiadas es el Bombykol, que libera la hembra del gusano de seda, y que un macho puede detectar hasta a 10 kilómetros de distancia”, explicó.
El sistema olfatorio, es fundamental para que cabras y borregas reconozcan a sus crías si están en grupo, algo que se demostró en un experimento en el que, al dañar los receptores del olfato, ellas no pudieron reconocer a sus crías.
“En los humanos no se ha identificado la fórmula química de ninguna feromona, sólo se conocen en insectos, en roedores y alguna que otra especie, así que las que se venden como sustancias comerciales para humanos, si tienen algún efecto, el placebo”, precisó.
La falacia de la dopamina
Desde la década de 1960 se asoció a la dopamina con muchos procesos placenteros, pero eso es una falacia, aclaró Paredes Guerrero.
Es un neurotransmisor involucrado en la actividad locomotora y sexual, en la comunicación neuro-endocrina y en la ingesta de agua y alimentos.
“Se relaciona con enfermedades como la esquizofrenia, el mal de Parkinson y la adicción a las drogas, y también aumenta si existe estrés o una pelea. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que esté involucrada en procesos placenteros y parece estar más relacionada con la activación general del sistema nervioso central”.
En tanto, la oxitocina está vinculada con patrones sexuales y conducta maternal. “Se activa para seleccionar pareja, se relaciona con el apego y en humanos aumenta la confianza”, acotó.
Asimismo, los opioides son sustancias que producen estados placenteros y aseguran que la conducta se vuelva a repetir.
“Se han estudiado en muchos animales y también en el humano. Se sabe que durante la actividad sexual aumenta el umbral del dolor, proceso que parece estar mediado por los opioides en nuestra especie”, finalizó.