Es como un cuerpo; está formada por varias partes, pero funciona como una sola. Así es la supercomputadora HORUS, única en su tipo y creada por especialistas del Centro de Geociencias (CGeo), campus Juriquilla, de la UNAM.
El conjunto de servidores de alto rendimiento está conectado por una red de alta velocidad, que la hace trabajar como uno solo, indicó el especialista Vlad Manea. “Desde un principio hemos perfeccionado esta máquina, progresivamente, y no hemos parado de hacerlo”.
Con apoyo de diversos proyectos de la UNAM y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, se creó el Laboratorio de Geodinámica Computacional (LGC), además de que se le acondicionó un cuarto.
“HORUS posee 228 procesadores en línea, que pretendemos incrementar en más de 300, y la memoria RAM a más de 700 GB. El recinto donde se ubica tiene un enfriado especial (de 19° a 20° centígrados y 50±10% de humedad), pues siempre está prendida”.
La máquina se aboca a estudiar procesos geodinámicos a través de modelado numérico, que en este caso es efectuado a partir de la división de la zona de estudio en volúmenes de menor tamaño, a semejanza de un cubo Rubik.
Es como si una caja estuviera llena de cubos pequeños y en cada uno se tuviera la propiedad de estudiar elementos y situaciones distintas, como la temperatura, viscosidad o composición de un elemento. La información que corresponde a un cierto número de volúmenes es trabajada por un procesador. Entre más se usan, más rápido se puede realizar la modelación numérica.
“Debemos imaginar que la caja está compuesta por millones de estos cubos, y que en cada uno hay una solución matemática. Trabaja de un modo particular, pues en vez de resolver la caja completa, lo hace por partes, al mismo tiempo, para agilizar tiempos y procesos”, explicó.
“Utilizamos física-matemática, mezcla entre ambas materias, y la programación. Con ello, estudiamos los procesos que ocurren a profundidades poco accesibles para los humanos”.
Para concluir, Vlad Manea anunció que en los próximos meses se aumentará el poder de cálculo de HORUS en 40 por ciento, pues se incrementarán los procesadores con un nuevo proyecto.
Buscan develar secretos del vulcanismo y sismicidad
Por su parte, Marina Manea, también especialista del CGeo, detalló que se realiza modelado numérico de los procesos de subducción para saber qué pasa con el vulcanismo y cómo se produce. “Queremos averiguar de dónde proviene el magma y cuál es la causa de la sismicidad profunda en México”.
Analizamos procesos que ocurren a 80 ó 100 kilómetros bajo tierra y trabajamos con este tipo de simulación; ésta es un área nueva, pues antes no se contaba con la tecnología actual.
“El ordenador se complementa con el Centro de Visualización en 3D-GeoMatrix (también del LGC), en éste investigamos en tercera dimensión los modelos creados en la supercomputadora”.
El centro cuenta con una televisión con capacidad 3D. Los modelos creados por HORUS pasan por un programa especial para ser visualizados en la pantalla, con la ayuda de anteojos especiales con cristales líquidos.
Antes, dijo, se realizaba en dos dimensiones, eso era limitado. Para tener una visión más amplia y mayor entendimiento de los procesos geodinámicos complejos, la tercera dimensión es lo ideal.
A su vez, también trabajamos con modelos 4D, es decir, tres dimensiones, más el tiempo. Podemos ver la evolución de los modelos en función de este último factor.
La especialista informó que cuentan con una página en línea (http://www.geociencias.unam.mx/geodinamica/geoservices/geoservices.php) en la que se puede encontrar información con relación a lo que se trabaja en el momento, además de programas que corren en línea.