Alumnos del Laboratorio de Radioastronomía Manuel Peimbert Sierra del plantel cinco de la Escuela Nacional Preparatoria José Vasconcelos transmitieron, por primera vez al ciberespacio, imágenes de la actividad del Sol en tiempo real.
Asesorados por Alfonso Castillo Ábrego, José Alejandro Dosal, Salvador Mendieta, Juan Loera, Jesús Ortega y Humberto Olvera, explicaron la tarea realizada.
Con este logro, indicaron los profesores, se cumple una etapa más del proyecto académico del laboratorio, cuyo propósito es despertar vocaciones y abrir las puertas a la investigación.
Los estudiantes describieron su metodología y especificaron las características del equipo con el que realizaron la proeza escolar. De acuerdo con Castillo Ábrego son los únicos en Latinoamérica en hacer este tipo de transmisión, y los primeros en el mundo porque son jóvenes de 15 a 18 años, quienes actualmente lo realizan.
El equipo de estudiantes ingenieros informó que la transmisión requirió de un telescopio Coronado, una antena dipolar (de la NASA) para medir las emisiones del Sol, como la luz visible y las ondas de radio, entre otras.
Si se presenta un evento, los rayos X visibles y las ondas de radio se disparan, se permite detectarlos en Tierra, expusieron los alumnos Gerardo Jiménez, Aarón Cohen, Andrea Trejo, Daniela Fernández, Uciel Durán, Giovanny Cruz, Gerardo Martínez, Emmanuel Garibay y Luis Ruiz. Estas ondas tardan en llegar al planeta ocho minutos y medio, porque deben recorrer una unidad astronómica de 150 millones de kilómetros.
Una vez que alcanzaron a nuestro planeta pueden ser detectados con la antena Radio Jove (equipo creado por la NASA) y con telescopio. Se observan a través de un filtro para no dañar la retina, como unos puntos brillantes en el Sol.
Estos últimos se localizan en las diferentes capas: en la fotosfera aparecen las fáculas (fenómenos asociados a las manchas solares) y la granulación. En la siguiente, la cromosfera se pueden observar, mediante un filtro H Alfa los filamentos, las playas y las prominencias. También, aparecen manchas oscuras que son los hoyos coronales de donde surge el viento solar.
Para “jalar” la señal y transmitirla a la red, los muchachos siguieron un organigrama con el siguiente trazo: el telescopio donde se coloca una cámara especial LPI, ligada a la computadora conectada a Internet, desde donde una página web, diseñada por ellos, se puede ver el Sol http://www.ustream.tv/channel/radiobservatorio Desde ahí, se puede enfocar al astro, platicar con la audiencia y ver el número total de las personas que visitan el sitio, aseguraron.
Nuestro sueño, confiaron, es transmitir el tránsito de Venus el próximo 5 de junio, fenómeno que no volverá a ocurrir sino hasta el año 2117.
Otro equipo del grupo de estudiantes, integrado por Roxana Hernández, Dafne Marín, Angélica Moncada, Andrea Tinajero, Marlene Reza, Sebeidy Fragoso y María de la Luz Ruiz, se dedicó a los trabajos de medición, principalmente.
La antena del Laboratorio de Radioastronomía opera a una frecuencia de 20.1 MHz. De este modo, lo que se reciba por debajo de 15 Mhz no se detecta. Las ondas electromagnéticas son transformadas en pulsos eléctricos, recuperados en computadora, detallaron.
Los jóvenes procesan los datos mediante programas, como radioskypipe que permite analizar eventos solares como las explosiones; asimismo adobeaudition, que capta los sonidos del cosmos. Como apoyo utilizan la página de spaceweather donde pueden clasificar las explosiones en tiempo universal. “Tenemos que convertirlo a nuestro horario, y reducir seis horas para identificarlas”.
Otra página web que se adapta a las necesidades del equipo de estudiantes de Coapa, es soho donde se pueden obtener las imágenes con diversas longitudes de onda. Por supuesto, el control de explosiones solares o eventos importantes se hace bajo las especificaciones de fecha y hora de siete de la mañana a tres de la tarde, con apoyo spaceweather, en tiempo universal y real.
Finalmente, Castillo Ábrego informó que esta experiencia innovadora para despertar el interés por la ciencia entre los jóvenes estudiantes se ha transmitido a los nueve planteles de la ENP y a los planteles Azcapotzalco, Vallejo, Oriente y Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH).
Asimismo, a la Red de Laboratorios de la Universidad el Estado de Hidalgo (UAEH), y del Colegio de Bachilleres del Estado de México (Cobaem), con lo que la Red Mexicana de Radiobservatorios se amplía cada vez más.