Analistas del BBVA señalan que México se desacopla positivamente de un entorno global de desaceleración y riesgos a la baja si la política económica no actúa decididamente.
Añaden que el crecimiento global ganará tracción solo si las medidas de política económica ya tomadas son implementadas oportunamente y las que están por aprobarse llegan a tiempo
Señalan además que con el debilitamiento de la actividad global registrado en la primera parte de 2012, el papel de las políticas económicas se percibe como determinante para que, tal y como contempla nuestro escenario, se produzca una ligera mejora del crecimiento en 2013.
“Estimamos un crecimiento mundial en el entorno del 3.5% en el bienio 2012-2013, pero ello ocurrirá sólo si las medidas de política económica (aprobadas y en proceso de implementación, las anunciadas pero no implementadas y, lo más incierto, algunas decisivas medidas por tomar aún) llegan a tiempo para evitar un accidente financiero en un ajuste fiscal automático en EEUU en 2013 y ayudan a recuperar tasas de crecimiento más altas en las economías emergentes.
“En caso de que las políticas económicas no logren sus objetivos, la desaceleración en marcha desde 2011 se intensificaría en 2012 y 2013, dejando el crecimiento mundial el año próximo en el nivel más bajo de los últimos 30 años, exceptuando la recesión de 2009”, precisan en su estudio tomado del portan de noticias de BBVA.
De igual forma afirman que “en las perspectivas de actividad de México, con crecimiento en el entorno del 3.5 por ciento en 2012-2013, pesan más las fortalezas domésticas que la incertidumbre del entorno externo”.
Explican que la actualización trimestral del escenario económico global ha supuesto revisiones más o menos intensas entre los países, pero generalizadas a la baja excepto en el caso de la economía mexicana, para la que mantienen las perspectivas de mayo pasado de un crecimiento del PIB del 3.7% en 2012 y 3.0% en 2013.
En primer lugar, puntualizan los analistas, la evolución de la coyuntura económica ha sido mejor de lo esperado por BBVA Research en la primera mitad de 2012, lo que supone un efecto estadístico positivo que ya contribuye a compensar el freno en las perspectivas de EEUU, nuestro principal socio económico.
En segundo lugar, y más importante, se mantienen los factores de soporte económico domésticos frente a un entorno externo muy incierto.
“Se trata de un círculo virtuoso de estabilidad que favorece el financiamiento de hogares y empresas en un entorno de tasas e inflación bajas y estables; y más con un sistema financiero sólido, capaz de atender la demanda solvente de crédito”.
Y ello gracias a la caída primero y estabilización después de inflación y tasas de interés, con un banco central independiente en la consecución de la estabilidad de precios, y una política fiscal orientada al equilibrio presupuestal que financia el déficit de modo ortodoxo en el mercado.