La Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido mantener en 4.5 por ciento el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día. La actividad económica mundial continúa mostrando debilidad.
En Estados Unidos, los indicadores prospectivos siguen apuntando hacia un crecimiento moderado, en donde el sector de la vivienda y otros indicadores han mejorado.
No obstante, la recuperación del empleo no se ha consolidado. Adicionalmente, la posibilidad de un severo ajuste fiscal en 2013 está afectando la demanda interna, en particular la inversión privada. En la zona del euro, la actividad económica sigue contrayéndose y se anticipa que en 2013 continúe mostrando gran atonía.
Ante ello, los indicadores de sostenibilidad fiscal de varios países de dicha zona se han deteriorado. La incertidumbre en cuanto al panorama para la actividad económica mundial ha propiciado que prevalezca volatilidad en los mercados financieros internacionales.
En algunas de las principales economías emergentes, entre ellas China, el ritmo de crecimiento parece estarse estabilizando después de la desaceleración que tuvo lugar en los meses previos. En balance, permanecen importantes riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial.
Por su parte, como consecuencia del menor dinamismo de la actividad económica y de menores precios de materias primas, se anticipa que en la mayoría de los países la inflación exhiba una trayectoria descendente en lo que resta del año y durante 2013. En este entorno, se prevé que en algunas economías avanzadas y emergentes tenga lugar un relajamiento monetario adicional.
La actividad económica en México ha mantenido una trayectoria ascendente, si bien a un ritmo más moderado que en trimestres previos. Esta evolución refleja, en parte, el menor dinamismo de las exportaciones manufactureras y su efecto sobre la producción de dicho sector y los servicios que están más relacionados.
Aun cuando la demanda interna ha continuado mostrando una tendencia positiva, algunos determinantes del consumo, así como la inversión, también han comenzado a desacelerarse. En este contexto, la brecha de producto se ha mantenido alrededor de cero, mientras que en el mercado laboral se ha venido observando una recuperación. En suma, derivado de la evolución del entorno externo, y en particular de la economía de Estados Unidos, se considera que los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía mexicana de corto plazo se han incrementado marginalmente.
En cuanto a la inflación general en nuestro país, después del aumento que registró desde abril debido a la ocurrencia de una serie de choques de oferta, se presentó un cambio de tendencia a partir de septiembre. De hecho, la reciente reducción de la inflación ha sido notoria.
En particular, si bien ésta aún se ubica por arriba de la cota superior del intervalo de variabilidad de más o menos un punto porcentual alrededor del objetivo de 3 por ciento, es probable que al final del año termine debajo de 4 por ciento.
El cambio de tendencia de la inflación fue consecuencia de menores contribuciones de los componentes subyacente y no subyacente. La inflación subyacente alcanzó su nivel más elevado del año en agosto y su disminución en los meses recientes se debe, por una parte, al freno a la tendencia alcista que había exhibido la tasa de crecimiento anual del subíndice subyacente de las mercancías.
A ello ha contribuido la apreciación que registró el tipo de cambio desde mediados del año, en particular después del anuncio de relajamiento monetario adicional en Estados Unidos (QE3) y la zona del euro.
Al referido cambio de tendencia también han abonado importantes bajas en los precios de algunos servicios. Incluso, la variación anual del subíndice subyacente de los servicios, que es la que mejor refleja los determinantes domésticos que afectan a la inflación, ha disminuido a niveles mínimos históricos, situándose muy cerca de 2 por ciento.
En el caso del subíndice de precios no subyacente, la disminución en su tasa de variación anual obedece a las menores tasas de crecimiento en los subíndices de precios agropecuarios y de energéticos.
A pesar de que la inflación ha permanecido en niveles elevados por varios meses, hasta ahora no hay evidencia que sugiera presiones generalizadas al alza sobre los precios provenientes de la evolución de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo, ni del mercado laboral.
Se prevé que estos elementos prevalezcan y que la inflación general anual continúe disminuyendo en los siguientes meses, consolidando una tendencia convergente al 3 por ciento en 2013. Aun cuando en el corto plazo prevalecen importantes riesgos al alza para la inflación, se considera que en el margen éstos se han atenuado. Por su parte, la desaceleración de la actividad económica mundial apunta a menores presiones inflacionarias en el mediano plazo.
Considerando que el aumento de la inflación en los meses anteriores se debió fundamentalmente a choques de naturaleza transitoria, que no hay evidencia de un proceso de aumentos generalizados de precios, que no se han presentado nuevos choques y que los cambios en la tendencia de la inflación general y subyacente que se habían previsto parecen estarse confirmando, la Junta de Gobierno ha decidido mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día.
Sin embargo, si se presentan nuevos choques a la inflación, aun si se presumen transitorios, y los cambios en la tendencia de la inflación general y de la subyacente no se consolidan, la Junta estima que podría ser procedente un ajuste al alza en la tasa de interés de referencia, con el objeto de consolidar el anclaje de las expectativas de inflación, prevenir la contaminación al resto de los procesos de formación de precios en la economía nacional y no comprometer la convergencia de la inflación al objetivo permanente del 3 por ciento.