El Centro de Estudio de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados informó que en México ha habido un aumento significativo de la pobreza, no obstante los sustanciales y crecientes recursos públicos que se han destinado a su combate, lo que evidencia una deficiente aplicación del gasto social.
Precisa que si bien la Cámara de Diputados ha aprobado crecientes presupuestos para dicha problemática en la última década, la pobreza lejos de reducirse se ha incrementado, incluso desde antes de la crisis del 2009.
Según datos del CONEVAL, el número de personas en situación de pobreza ha incrementado desde 2006, lo que contradice las argumentaciones acerca de que la crisis de 2009 provocó el aumento de la pobreza en México. Esta situación se agudiza de manera más pronunciada en las zonas urbanas.
Además, indica que el incremento en el número de pobres fue mayor en las zonas urbanas (2.1 millones de personas) en comparación con las zonas rurales (1.1 millones de personas), lo que en principio podría atribuirse al hecho de que la población en México es mayoritariamente urbana. “Sin embargo, se observa que más allá de ese aspecto demográfico, la pobreza en las ciudades avanzó más pronunciadamente que en el campo”.
El Centro resalta que dicha situación se asocia al hecho de que no se ha tenido una política clara para combatir la pobreza en zonas urbanas, toda vez que la mayor parte de los recursos federales destinados se han concentrado en las rurales
En los documentos “Finanzas públicas de la pobreza” y “Pobreza urbana y pobreza rural”, el CEFP, precisa que en los últimos años el presupuesto federal autorizado al Ejecutivo federal, para el combate a la pobreza se incrementó a un ritmo notable; simplemente entre 2006 y 2010 casi se triplicó, al pasar de 111 mil 538 millones de pesos (mdp) a 295 mil mdp.
“No obstante esta significativa y creciente asignación de recursos, los programas específicos implementados por el Gobierno Federal para combatir la pobreza en el ámbito urbano han sido limitados”, subraya.
Refiere que conforme al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su reciente “Encuesta nacional de ingreso y gasto de los hogares”, muestra que los ingresos de los hogares se redujo, en términos reales, en 12.3% entre 2008 y 2010.
Se subraya que frente a la amenaza de la crisis financiera internacional y con el fin de mantener sus principios de política, el Gobierno Federal adoptó medidas de carácter contracíclico, a fin de mantener sus niveles de gasto social y atenuar los efectos de la recesión económica sobre los grupos sociales más vulnerables.
En esta lógica, la Cámara de Diputados aprobó que el Gobierno federal incurriera en un déficit fiscal a partir de 2009 y hasta 2011; se admitió un déficit fiscal del 1.8% del PIB y su ampliación en 2010, a 2.8%. Así, con estas medidas y durante ese periodo, fue posible mantener el crecimiento del gasto social en términos reales, en particular el gasto destinado a la superación de la pobreza.
De esta forma el gasto social creció, en términos reales, 5.3% por año entre 2006 y 2010, pasando de 988 mil mdp a un billón 477 mil mdp. Tan sólo en 2010, el gasto social representó el 62% del total destinado a los programas del gobierno federal. Estas cifras representan los mayores recursos que se hayan ejercido en la historia en materia de gasto social, incluso durante la crisis de 2009.
Por su parte, el gasto específico para la superación de la pobreza se duplicó entre 2007 y 2010, al pasar de 159 mil mdp a 281 mil mdp, lo que significó un crecimiento real de 15% por año. El presupuesto aprobado para la superación de la pobreza en 2011 es 14 mil mdp mayor que en 2010.
La pobreza, tanto en la población indígena como en aquella que habita en las “Zonas de Atención Prioritaria” (ZAP), se incrementó, a pesar de que el gasto social etiquetado para esos grupos vulnerables creció substancialmente entre 2006 y 2010. De acuerdo con el CONEVAL, la pobreza entre la población que habita en las ZAP se incrementó de 75.3% a 77.8%, entre 2008 y 2010. Mientras que la proporción de indígenas en situación de pobreza pasó de 75.9% a 79.3%, para el mismo periodo.
En el caso de los grupos indígenas, los recursos etiquetados crecieron a una tasa real de 37.0%, al pasar de 3 mil 900 mdp en 2006 a 6 mil 500 mdp en 2010; mientras que en las ZAP, los recursos crecieron en términos reales 837.3%, al pasar de 638 mdp en 2006 a 6 mil 194 mdp en 2010.
No obstante que el Gobierno Federal tiene 127 programas para la superación de la pobreza, seis programas concentran el 57% de los recursos. Estos programas son: Oportunidades, Seguro Popular, 70 y más, Construcción y Mantenimiento de Caminos Rurales, Desarrollo de Zonas Prioritarias e IMSS-Oportunidades.
En este sentido, el CONEVAL, en su Informe de evaluación de la política de desarrollo social, ha señalado desde 2009 que los programas sociales se caracterizan por su gran dispersión y la deficiente calidad en los servicios que se prestan, por lo que se requiere articular los diferentes programas sociales.
Asimismo, y contrario a lo que se había fijado el ejecutivo en el PND 2007-2012 como Objetivo 1 para la superación de la pobreza, los programas del gobierno federal muestran una orientación asistencialista que no ha logrado que los beneficiarios desarrollen capacidades productivas para generar un ingreso propio que les permita salir de su condición de pobreza.
En el caso del Programa Oportunidades, el más emblemático de combate a la pobreza del Gobierno Federal, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su dictamen de la Cuenta Pública 2009 dado a conocer este año, observó que a 11 años de ser beneficiarias del programa, del millón 313 mil familias que se volvieron a certificar en 2009, 88.8% continuaban en situación de pobreza extrema; 6.4% habían transitado hacia el Esquema Diferenciado de Apoyos (EDA), y tan sólo 4.7% de las familias habían superado la situación de pobreza extrema.