El Banco de México informó que el ritmo de crecimiento de la economía global continuó perdiendo dinamismo. En Estados Unidos la actividad económica siguió mostrando un crecimiento moderado en un entorno en el que prevalece incertidumbre acerca del tamaño del ajuste fiscal que podría aplicarse en 2013 y de su efecto sobre dicha economía.
En la zona del euro la actividad económica continuó contrayéndose debido a los procesos de ajuste fiscal y crediticio resultantes de los desequilibrios presentes en varios países de la región.
En este contexto, los mercados financieros internacionales experimentaron una mejoría a raíz del anuncio de acciones de estímulo monetario por parte de los bancos centrales de las principales economía avanzadas.
En las economías emergentes la actividad productiva siguió desacelerándose como resultado de la debilidad de la demanda de las economías avanzadas y, en algunos casos, también de la demanda interna.
De todo lo anterior se deriva que los riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial continuaron intensificándose. Por su parte, en un número importante de países la inflación se incrementó durante el tercer trimestre de 2012 en respuesta a aumentos en los precios de la energía y de algunos alimentos.
Sin embargo, ante el débil crecimiento de la actividad económica mundial y la perspectiva de menores precios de materias primas se anticipa una trayectoria de inflación a la baja, por lo que se espera que en un gran número de economías avanzadas y emergentes se relaje aún más la postura monetaria.
La actividad económica en México continuó creciendo, pero a un menor ritmo. Tanto las exportaciones manufactureras, como algunos de los componentes de la demanda interna, comenzaron a verse afectados de manera más notoria por el entorno económico externo adverso, lo que condujo a que la brecha del producto permaneciera alrededor de cero.
Por su parte, el mercado laboral continúa mostrando una gradual recuperación. Considerando todo lo anterior, el balance de riesgos para el crecimiento de la economía mexicana se ha seguido deteriorando como reflejo de la intensificación de los riesgos a la baja para la economía mundial y en particular para la economía de Estados Unidos.
En México, la ocurrencia de una serie de choques de oferta que incrementó los precios de algunos alimentos, principalmente del subíndice de precios no subyacente, ha propiciado un alza considerable en la inflación general en los últimos meses.
Con ello, la inflación rebasó la cota superior del intervalo de variabilidad alrededor del objetivo de 3 por ciento y ha permanecido en niveles elevados ya por varios meses. No obstante, teniendo en consideración la naturaleza transitoria de los referidos choques, se estima que el incremento en la inflación sea temporal.
En particular, se prevé que la inflación general anual haya alcanzado su nivel más alto del año en septiembre. Por su parte, se anticipa que la inflación subyacente habrá registrado cambio de tendencia en agosto como reflejo de un menor incremento en los precios de las mercancías y de importantes bajas en los precios de algunos servicios. Incluso, la inflación anual del subíndice subyacente de los servicios, que es la que mejor refleja los determinantes domésticos que afectan a la inflación, se mantuvo en niveles históricamente bajos. De esta manera, dentro del subíndice subyacente continúa observándose un aumento en el precio relativo de las mercancías con respecto del de los servicios.
Se prevé que los cambios en precios relativos continúen sin tener efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios en la economía y que las expectativas de inflación se mantengan ancladas.
Además, después del anuncio del relajamiento monetario adicional en Estados Unidos (QE3) el peso registró una apreciación, lo que contribuye a atenuar las presiones sobre los precios. En particular, se estima que la inflación continúe disminuyendo en los siguientes meses para ubicarse muy cerca de 4 por ciento hacia el final del año y que retome una tendencia convergente al 3 por ciento en 2013.
Sin embargo, ante la intensidad y persistencia de los choques que han afectado los precios de los alimentos se considera que los riesgos para la inflación en el corto plazo han aumentado, particularmente en un entorno en el que la brecha del producto se ha cerrado.
Destacan como elementos de preocupación adicionales el que, a pesar de no ser un fenómeno generalizado, algunas negociaciones salariales hayan registrado incrementos mayores a los que habían venido presentando en el pasado, además de que no se puede descartar el retorno de volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Por otra parte, la desaceleración de la actividad económica mundial apunta a menores presiones inflacionarias en el mediano plazo.
Dado que el aumento de la inflación en los últimos meses se ha debido fundamentalmente a choques que deberían ser transitorios y no hay evidencia de un proceso de aumentos generalizados de precios, la Junta de Gobierno ha decidido mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día.
Sin embargo, si persisten los choques a la inflación, aún si se presume que sean transitorios, y los cambios en la tendencia de la inflación general y de la subyacente no se confirman, la Junta estima que sería procedente llevar a cabo próximamente un ajuste al alza en la tasa de interés de referencia, con el objeto de consolidar el anclaje de las expectativas de inflación, prevenir la contaminación al resto de los procesos de formación de precios en la economía nacional y no comprometer la convergencia de la inflación al objetivo permanente del 3 por ciento.