A nivel mundial el panorama económico no es de recuperación, sino los signos son de debilidad. En la zona euro, por ejemplo, la condicionalidad al pedir los rescates por los países miembros está sujeta a recetas de más de lo mismo: ajustes, desempleo y disciplina fiscal.
En ningún momento los agentes económicos contemplan mayor empleo ni la reactivación natural del mercado; ello profundiza la depresión, la deflación de activos y la incertidumbre, explicó Alicia Girón, directora de la Revista Problemas del Desarrollo, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Las medidas alternativas frente a la crisis europea, abundó la investigadora universitaria, no han servido para incentivar la economía sino todo lo contrario, la perspectiva de crecimiento, en promedio, para 2013 es de -2.2.
“Tan sólo Grecia tiene un indicador negativo de -5.3 por ciento, y se prevé que continúe con una contracción de -1.3 por ciento para 2013. España va por el mismo camino de una tasa negativa; de -8.4 pronostica que será de -10.2 por ciento para el próximo año”.
Girón señaló que Brasil y China se preparan para enfrentar la recesión de la economía mundial; en tanto México, según datos del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF), mantiene una visión optimista por la buena capitalización que tienen los bancos, lo que indica que una crisis bancaria como la de 1994, estaría lejos de repetirse, aunque los escenarios no serán benignos.
“Uno de los indicadores económicos a seguir, es la lenta recuperación que han tenido desde la crisis, las remesas y la disminución de las mismas durante los últimos meses. No olvidemos que representan el segundo renglón de divisas, fruto de los trabajadores mexicanos en los Estados Unidos.
“Por tanto, México no sólo necesita nuevas inversiones, sino una banca de desarrollo que incentive proyectos productivos en la zona rural expulsora de mano de obra, así como mayores obras de infraestructura”, finalizó.