Las islas que pertenecen a México cuentan con incalculable potencial productivo, pero el Gobierno federal permanece indiferente ante estos territorios que pueden estar siendo explotados por sectores ajenos a la administración pública.

En este contexto es posible valorar la importancia que actualmente tienen las islas mexicanas, cuya superficie total está calculada en 5 mil 364 kilómetros cuadrados, un territorio similar al de Colima, con un gran potencial económico y un futuro de incalculable valor si se tiene en cuenta el crecimiento demográfico de México.

Ahí hay incalculables recursos alimentarios que pueden proveer la flora y su fauna, lo que a su vez podría convertirse en potencial generador de empleos y con la explotación de recursos minerales y energéticos.

El senador Luis Maldonado Venegas reveló que expertos de la Universidad de San Diego han calculado que México cuenta con mil 644 islas, cifra que será confirmada este año cuando se concluya  un catálogo que actualmente preparan varias instituciones federales y académicas coordinadas por la Secretaría de Gobernación, cuyo adelanto fue presentado en el Encuentro Nacional para la Conservación y el Desarrollo Sustentable de las Islas de México celebrado en Ensenada, Baja California, en el 2009.

El legislador llamó la atención sobre el hecho de que, no obstante todo lo anterior, la Federación ha mostrado falta de interés frente al abandono en que se hallan las islas mexicanas.

Baste señalar que el inventario insular realizado en l899 y adicionado en l905, por Don Antonio García Cubas, no ha sido superado por ninguno de los menguados esfuerzos que con ese fin se han efectuado hasta la fecha.

Además, no ha existido preocupación por detallar el régimen jurídico, administrativo y fiscal aplicable a la multitud de islas que poseemos en los mares adyacentes, que darían respuesta a múltiples cuestiones e interrogantes, entre otras, el régimen de la propiedad privada insular pasando por la protección frente al cambio climático, construcción de islas artificiales, los procesos de investigación científica y tecnológica marina, impactos jurídicos  en relación con los extranjeros, etcétera. 

A esto habría que agregar un programa nacional para el estudio, el desarrollo y el aprovechamiento de nuestras islas .El futuro de México está en sus islas y mares y en una población con conciencia madura que los sepa cuidar, administrar y proteger.

Expuso el senador convergente que los 17 estados litorales que tienen islas requieren también de apoyo federal, porque si bien es cierto que el constituyente de 1917 dejó para algunos la administración de los territorios isleños, también es cierto que salvo excepciones, ninguno ha mostrado disposición para impulsarlas como fuentes productivas para el turismo, el comercio, la industria o algunas otras actividades provechosas para la población y para las propias entidades ribereñas.

“Es necesario, agregó Maldonado, cambiar la política de apatía y omisión que ha prevalecido frente a la situación que guardan los territorios insulares, creando un poder gubernamental que sea responsable del presente y futuro de las islas mexicanas, y no supeditarlo a las funciones que otorga la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal a la Secretaría de Gobernación, de “Administrar las islas de jurisdicción federal, salvo aquellas cuya administración corresponda, por disposición de la ley, a otra dependencia o entidad de la administración pública federal”.

De ahí la necesidad de crear el gobierno insular, administrado al igual que se hizo en su momento con los territorios de Baja California, Baja California Sur y Quintana Roo, mediante la designación de un gobernador propuesto por el Ejecutivo Federal, dotado del apoyo económico y político suficiente para hacer de los territorios insulares una entidad que se incorpore a las políticas de desarrollo nacional, ya que sin atención a las islas mexicanas, no puede haber un desarrollo integral como país, concluyó el senador Luis Maldonado Venegas.