*¿El nuevo PRI?
Derroche inmensurable, acarreo y desorganización definieron el 82 aniversario del PRI y protesta de su nuevo jefe nacional Humberto Moreira quien, eso sí, al final de su discurso gritó a voz en cuello: “Vamos a recuperar la Presidencia de la República”.
Congestionaron el espacio aéreo de la ciudad de Querétaro (sede de la asamblea) 50 aviones y l4 helicópteros de gobernadores y jerarcas priístas, y las carreteras de acceso decenas de camiones con acarreados de muchos estados.
Sólo Coahuila, estado del que Moreira es gobernador con licencia y que heredará a su hermano Rubén, pagó hospedaje a 5 mil coahuilenses, llevados desde la víspera.
Esto y numerosos autos de funcionarios y políticos rebasaron también el estacionamiento, y muchas personas tuvieron que caminar hasta dos kilómetros para llegar al Centro de Congresos, lugar del acto político.
La explanada lució un montaje de Tv con escenografías espectaculares, luces, cámaras aéreas y pantallas gigantes; actuaron cómicos, la Sonora Margarita y el Grupo Pesado para redondear el circo.
En tanto Moreira, cacique de Coahuila, era ungido en Querétaro; en Saltillo sicarios atacaron a policías, con saldo de 7 muertos y algunos heridos, signo de la seguridad que sembró el nuevo jefe nacional del PRI, encumbrado por Peña Nieto para apuntalar su propia candidatura residencial.
Ya en el acto, tras rendir protesta Moreira y Cristina Díaz como presidente y secretaria general del CEN del PRI, aquél enfatizó: “El PRI ganará todas las elecciones este año, y no sólo, también la Presidencia de la República en 2012”, mientras en las pantallas gigantes aparecía Peña Nieto siempre que aludía a la victoria priísta.
Para los perspicaces, la ceremonia fue un pre-destape del gobernador mexiquense, que se apoderó de la cúpula a del PRI y ésta, sin duda ordenó el despliegue de su imagen, las carretadas de aplausos con que era recibida y los gritos de “¡pre-si-dente!” de la porra que le llevaron de Naucalpan.
“No nos atemorizan las relaciones espurias de quienes traicionaron sus orígenes, sus trayectorias y su discurso por la vana ilusión de impedir las victorias del PRI”, expresó el coahuilense.
Criticó al gobierno actual: “La brújula del gobierno federal parece perdida, la alternancia no produjo la mejoría en el gobierno que la gente esperaba. Hoy la falta de liderazgo ha sumido a la economía en una década de crecimiento muy bajo, que lastima por igual al empresario que al trabajador”.
En un discurso largo y tedioso, no faltó la proclama de que ganarán la Presidencia mediante la unidad partidista, que llamó “la mejor estrategia contra las maniobras de intervención del gobierno” en las próximas contiendas.
Pero esa unidad está socavada. Lo señaló Beatriz Paredes, en su adiós anticipado a la dirección del PRI, el 19 de febrero, aniversario del natalicio de Colosio.
La tlaxcalteca cuestionó: en la lid presidencial ¿A quiénes va a representar el partido? ¿Cómo va a conciliar en su interior los intereses de sus integrantes, a veces afines, a veces encontrados? ¿Cuál coalición interna de sectores sociales, grupos y corrientes políticas alcanzará al interior del partido la hegemonía?
Eso indica que la unidad que el ex partidazo refleja al exterior no es la interna, y que aún falta mucho por verse.
Al propio Moreira le desconfían fuertes sectores tricolores por su bravuconería, enemiga de la negociación; su autoritarismo en Coahuila, donde dejó cuentas pendientes de obras que no terminó y dio por pagadas, entre otras, y que sin duda le cubrirá su hermano Rubén, cuya sucesión nepotista no deja nada bien parado al PRI.
Fue campeón además del fraude electoral; así pudo ganar de todas, todas las curules federales en 2009 e implantar su control político en el congreso y gran mayoría de los municipios de su estado.
¿Será el mejor exponente del nuevo PRI, que tanto anuncian y pretende volver a gobernarnos?