La presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara de Diputados, Verónica Beatriz Juárez Piña, aseguró que las cifras de embarazos no deseados en adolescentes son alarmantes, debido a la falta de métodos anticonceptivos en los centros de salud y servicios médicos.
Precisó que las autoridades federales, estatales y municipales han abandonado su responsabilidad de impulsar campañas para prevenir embarazos, así como de promover del uso de anticonceptivos.
Además, dijo, los sectores de salud y el educativo han dejado de orientar a los padres y jóvenes adolescentes en la importancia de cuidarse al iniciar su vida sexual, por lo que el número de embarazos no planeados representa un desafío para el país.
Por ello, adelantó que presentará un punto de acuerdo para que el Poder Ejecutivo, a través de las secretarías de Salud y la de Educación Pública, apliquen acciones encaminadas a prevenir, reducir y atender el embarazo en las adolescentes.
Juárez Piña subrayó que es importante incorporar la educación sexual en la formación escolar, abordando el tema sin prejuicios y limitaciones para evitar que la falta de información sea un factor que incida en que las adolescentes sean embarazadas desde temprana edad. También deberán implementarse campañas y distribución de métodos anticonceptivos.
Destacó que la fecundidad adolescente es más alta en países en vías de desarrollo y entre las clases sociales menos favorecidas, haciendo pensar que se trata de un fenómeno transitorio que podría disminuir si se mejoran las condiciones económicas de amplios sectores de la población.
Sin embargo, admitió, la disminución de las tasas de fecundidad adolescente está cada vez más lejana, “ya que las difíciles condiciones socioeconómicas globales pueden inhibir inversiones en la mayoría de los sistemas educacionales y de salud”.
La diputada expuso que si se contara con orientación sexual desde los primeros años de la educación básica, se eliminaría la falta de disponibilidad de métodos anticonceptivos.
“El embarazo no planeado es una de las amenazas para el desarrollo integral de los y las adolescentes, ya que esta situación puede poner en peligro la salud de la mujer, así como retrasar o suspender los procesos de capacitación para la vida y el trabajo productivo”, abundó.
Afirmó que el ejercicio de la sexualidad es un derecho humano, que debe practicarse con responsabilidad. “Los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades con todos sus medios”, concluyó.