La corrupción que padece la sociedad mexicana es consecuencia de la colusión de los poderes económicos y políticos, aseguró Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, coordinadora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y la Transparencia, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
De acuerdo a criterios internacionales evaluadores de este fenómeno, México sólo es superado en Latinoamérica por Haití, y se encuentra lejos de países como Argentina, Brasil o Chile, y aún de República Dominicana, cuyas disposiciones en la materia son más vigorosas.
Al comentar las actividades para visibilizar medidas en un territorio en esa condición, consideró que pese a la urgencia de cerrar filas frente a ese cáncer, estas estrategias se han vuelto legitimadoras de acciones poco efectivas.
“En el combate no avanzamos, por el contario, retrocedemos. Se advierten graves carencias y por eso las fechas dedicadas a ese tema no van a solucionar el problema que nos tiene al borde del colapso”, afirmó en el marco del Día Internacional contra la Corrupción, que se conmemora este 9 de diciembre.
Desde la perspectiva de Sandoval Ballesteros, no habrá avances si no se enfrenta con determinación la cuestión como sociedad, pero sobre todo, como un asunto de Estado.
“El problema no puede seguir como un fenómeno cultural, debe ser claro que la corrupción frena la competitividad de los mercados, provoca tasas decrecientes, a la vez que detiene la democracia y los sistemas políticos. Su efecto se percibe no sólo en el sistema económico, sino en el político”.
Según la universitaria, desde principios de la década de los 80, en el país ha prevalecido un discurso moralizante y moralizador del fenómeno. “A partir del inicio del liberalismo puede advertirse que no se fundamenta en aspectos culturales o sociales, sino que se advierte en la colusión de poderes económicos y políticos. México vive una economía capturada por un puñado de corporaciones monopolistas, ominosas para el desarrollo económico”.
Otro elemento documentado por la investigadora es la falta de transparencia: “No hay obligación legal para que funcionarios públicos de alto nivel, así como los representantes sociales, divulguen sus declaraciones patrimoniales. ¿De qué sirven, sino para que se conozcan? No hay obligación de darlas a conocer, por lo que se pueden escudar, por ejemplo, en el secreto bancario”.
Día Internacional contra la Corrupción
El 31 de octubre de 2003, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó al 9 de diciembre como Día Internacional contra la Corrupción, para sensibilizar a la población sobre este asunto, y del papel que puede desempeñar la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción para combatirla y prevenirla.
En resolución aprobada por la Asamblea General, fechada el 21 de noviembre de 2003, se establece que éste ha dejado de ser un problema local para convertirse en un fenómeno transnacional, que afecta a todas las sociedades y economías, lo que hace esencial la cooperación internacional.
Lo anterior deriva de la preocupación por la gravedad de los problemas y amenazas que plantea para la estabilidad y seguridad, al socavar las instituciones y los valores de la democracia, la ética y la justicia, y por los vínculos entre ésta y otras formas de delincuencia, en particular la organizada y la económica, incluido el blanqueo de dinero.