El diputado Heliodoro Díaz Escárraga advirtió que de no atenderse las demandas presentadas por maestros de Oaxaca, el paro que mantienen podría extenderse a otras entidades del país, lo que dejaría a 5 millones de estudiantes sin clases.
“Resulta urgente impulsar la intervención de la federación en la respuesta al pliego petitorio de los maestros de Oaxaca y los que se acumulen. Esta semana podrían quedar más estados sin clases”.
Por lo anterior, propuso un punto de acuerdo para exhortar al gobierno federal para que integre mesas de trabajo en las que se analicen, valoren y resuelvan las demandas de los trabajadores de la educación de Oaxaca, así como de otros estados con similares problemáticas.
Mencionó que un millón 300 mil alumnos están sin clases en Oaxaca, debido al paro de labores en que se mantienen profesores de esta entidad desde el pasado 21 mayo.
Aclaró que la baja calidad educativa de la niñez y juventud oaxaqueñas por la endémica ausencia de clases y al deterioro de la vida económica de la entidad, se suma el descontento social por la inactividad del gobierno local.
Explicó que entre otros factores está el que Oaxaca no cuenta con obra pública, ni nuevas inversiones privadas, por lo que en consecuencia no se generan empleos ni crecimiento económico.
“Millones de oaxaqueños viven en la pobreza y el abandono, lo cual se agravan con la estrategia del movimiento magisterial que crea imágenes de inestabilidad, ingobernabilidad y falta de competitividad y, consecuentemente, ahuyenta el ingreso de divisas, aleja al turismo; lesiona y encarece al comercio”.
Advirtió que de seguir estas condiciones la entidad sería “caldo de cultivo” para una inconformidad social expresada en violencia. “Oaxaca está nuevamente en el umbral de un conflicto social de grandes y graves proporciones”, aseguró.
“Se requiere atender y resolver cuanto antes las demandas de los maestros que, por sus métodos marginales de acompañamiento, desestabilizan la vida normal de la población y generan división y enconos”, sostuvo.
Subrayó que por cada día de paro y movilizaciones, Oaxaca sufre pérdidas millonarias y se agravan sus deficiencias estructurales.