El presidente de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados, Jorge Federico de la Vega Membrillo, advirtió que no deben confundirse la violencia y el delito dentro de las escuelas, con el fenómeno del bullying.
“El bullying es un acoso escolar que obedece a ciertas circunstancias, que pueden ser en muchos casos controlables, pero de aquél se puede pasar a la violencia”, sostuvo.
En entrevista, el legislador explicó que para poder clasificar el bullying, deben cumplirse ciertas circunstancias y ubicarlo en el contexto de las escuelas; sin embargo, precisó, cuando lo que se comete es violencia, entonces pasa a otros niveles que pueden tipificarse como delitos.
“Cuando aparece el delito evidentemente debe darse la sanción que corresponda de acuerdo al marco legal, y creo que no hay de otra forma”, consideró.
Coincidió con el planteamiento de que los victimarios también son víctimas; no obstante, dijo, existe un marco jurídico y habría que hacer un análisis del proceso de rehabilitación.
“Deben revisarse y plantearse nuevas rutas de rehabilitación para los menores acosadores, en las cuales se les brinden todas las oportunidades para poder atenderlos”, expresó de la Vega Membrillo.
Además, apuntó que es necesario encontrar la forma de que participen todos los actores de la comunidad escolar para prevenir, primero, el acoso, y evitar que se convierta en violencia.
Aseguró que las escuelas son un reflejo, una forma de mirar de manera micro lo que sucede en la sociedad, en donde el acoso es permanente, está presente, y es por otros actores que se desarrolla en la escuela.
Añadió que el primer paso para solucionar el problema es reconocerlo. “Hay que aceptar que el acoso se da como un fenómeno social y se nos está convirtiendo en un problema. A donde se voltee, está presente”, resaltó.
A pesar de que se mejoren y se creen buenas condiciones en las escuelas para evitar el bullying, al salir el alumno se encuentra con un medio hostil por la realidad que vivimos, explicó.
Por último, reconoció que este problema ha existido siempre e incluso confesó haber recibido e incitado este tipo de acciones en su época como estudiante.
“Basta recordar que fuimos acosados o fuimos acosadores, por lo menos a mí me hicieron burrito entamalado o me pasaron por la fila india y eso es parte del acoso, pero yo también fui quien invitó a otros a hacer ese tipo de bromas, como entonces le llamábamos”.