En la sesión del martes del 13 de diciembre de este 2011, el diputado federal priísta, representante del Estado de México, Miguel Ángel García Granados, le reclamó a grito abierto lo siguiente al diputado Emilio Chuayffet Chemor, también priista y también del Edomex y presidente de la mesa directiva: “Desconozco, señor presidente, cuál fue la razón por la cual volvió inmediatamente para dar respuesta, aún y cuando no estaba usted como presidente en el momento que yo hice mi intervención.
“Se lo digo con todo respeto. Creo sinceramente que se ha caracterizado usted por una actitud de arrogancia y de prepotencia que no le es permitida. Creo sinceramente, señor presidente, que usted debería ser el más armonioso de todos para efecto de permitir la libertad de expresión de todos y cada uno de nosotros.
“Yo no sé cuál es, sinceramente, su afán empeñoso por pasar a la historia de la Cámara como el Carlos López Moctezuma, de esta Cámara, aquel personaje odioso y odiado por todos los que escuchaban las radionovelas.
“Yo quiero simplemente pedirle a usted respeto. Y quiero decirle que optaré por cualquiera de las tres opciones que usted me plantea, yo no estoy casado con ningún grupo parlamentario.
“Quiero decirlo con toda franqueza, yo obedezco aquí a mis electores, no a un coordinador de un grupo parlamentario.
“Y también quiero decirle, con todo respeto, señor presidente, no interfiera usted cuando no le corresponde. Le correspondía al presidente en turno darme respuesta a mí. Volvió corriendo a darme respuesta para efecto de exhibirme ante la opinión pública, seguramente como un ignorante.
“No, señor presidente, no se lo permito. Yo quiero pedirle a usted respeto. Usted y yo somos pares y lo he respetado siempre. Y le quiero decir que ha dejado mucho en mí. Usted quiere simplemente pasar a la historia como el presidente que más dictámenes aprobó en su corto periodo. Y ha cometido atropello tras atropello.
“Hoy, a dos días de dejar esta responsabilidad corre –porque no es cierto que hayan presentado la renuncia– al secretario general, y corre al contralor interno de la Cámara. Usted fue el que lo hizo, a dos días de salir. Quiero decirle que no considero que no sea lo más valido.
“Y le repetiría una frase que usted mismo me dijo hace tiempo en una reunión en Metepec, que ante un exabrupto de usted, Carolina, su hija, quien era una niña en ese entonces, le dijo: te pasaste, papá. No permita, don Emilio Chuayffet, que esta Cámara le diga: te pasaste, Emilio. De verdad, se lo digo con todo respeto”.