El descontrol en el que ha caído el Instituto Federal Electoral, provocó que el presidente del Comité de Radio y Televisión del organismo renunciara a su cargo, aseguró el senador Javier Orozco Gómez, al considerar que quien sustituirá a Francisco Guerrero, no garantiza una buena actuación del instituto en los comicios del 2012, en materia de medios de comunicación.
“El IFE perdió la brújula y esta tomando el camino de la derecha y las imposiciones progobierno del consejero Alfredo Figueroa, fueron causa esencial en la renuncia de Francisco Guerrero, la cual sin duda es un acto de congruencia y ética profesional”, precisó.
Agregó que la descomposición en la que se encuentra el máximo órgano electoral del país, provocada por el autoritarismo, la corrupción e ignorancia en la que han caído sus autoridades, es preocupante a tan sólo 90 días de que inicie el proceso electoral del 2012.
Sostuvo que el llamado que hace el nuevo presidente del Comité de Radio y TV a los concesionarios y permisionarios de la CIRT, a mantener un diálogo constructivo para llevar a buen puerto las elecciones presidenciales del 2012, resulta incierto, “porque todos sabemos que las reformas aprobadas unilateralmente por el IFE para reducir los tiempos en la transmisión de spots, carecen de objetividad y son una muestra clara de la ignorancia de sus autoridades”.
Dejó en claro que el IFE está yendo más allá de la Ley Federal de Radio y Televisión, misma que sólo regula concesiones y permisos y explicó que las primeras comercializan y las segundas son oficiales, culturales, de experimentación y educativas y no tienen fines de lucro.
“Resulta absurdo e increíble que se quieran otorgar permisos a las radios comunitarias, que tampoco tienen sustento en la ley, con la figura permisionario privado sin fines de lucro, cuando este tipo de organismos por naturaleza no son lucrativas”, precisó.
Finalmente el senador del Partido Verde, advirtió que si el IFE continúa con la misma actitud progobierno que hasta el momento ha demostrado, continuarán las renuncias al interior del organismo, poniendo en evidencia el descontrol que el consejero presidente tiene sobre el instituto.