En estos tiempos en los que se empieza a reconocer a la ciencia como un motor para desarrollo del país, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es una pieza clave para crear y organizar una agenda que nos lleve a mejorar como nación, estimó Enrique Cabrero, titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Al celebrar tres décadas de que fuera publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto que creó al SIN, sus creadores fueron reconocidos por el Conacyt, así como por miembros de la comunidad científica.
Cabrero recordó que el Sistema surgió en medio de una importante crisis económica, cuando el país se orientaba a la compra de tecnología, y para su creación los miembros de la Academia Mexicana de Ciencias fueron claves.
Recordó que la primera generación del SNI, estaba conformada por mil 396 investigadores; diez años después, en 1994, este número se incrementó en más de 300% (5 mil 879 miembros); en la década siguiente, ascendió a 10 mil 189, lo que significaba un incremento de 629%, respecto a la cifra inicial y este año, la cantidad asciende a 21 mil 338 científicos y tecnólogos vigentes, cifra 14 veces superior a la de hace tres décadas.
A su vez, Francisco Bolívar Zapata, encargado del área de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Oficina de la Presidencia de la República, recordó que el SNI ha sido un instrumento esencial y estratégico para el desarrollo del país.
Esto debido a que ayudó a que los precarios salarios de los investigadores no fueran un motivo para que éstos dejaran México.
Durante la ceremonia, realizada en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología, el doctor Jorge Flores, uno de los creadores del Sistema, recordó que la voluntad política para crear esta organización científica fue clave.
Aun cuando se había planteado la necesidad de un Sistema como éste desde hacía ya varios años, a partir de que se le presentara el proyecto de creación al entonces Presidente Miguel de la Madrid, éste apoyó la iniciativa que llevó a que el 26 de julio de 1984 se publicara el decreto de creación del organismo, hoy, parte del Conacyt.
“De la Madrid le encargó a Pablo Rudomín, entonces presidente de la AMC elaborar y presentar el proyecto de objetivos, estrategias y un posible reglamento de lo que habíamos llamado el Sistema de Investigadores Nacionales. Pero debido a que puesto de esta forma sus siglas serían SIN, decidimos cambiar el orden al Sistema Nacional de Investigadores”, narró Flores ante la comunidad académica.
Así, fueron los científicos de la Academia quienes decidieron que el Sistema debía ofrecer un apoyo tipo beca para los investigadores, y que para evaluar a los candidatos debían crearse comités de evaluación de pares, así como los requisitos que debían cumplir los candidatos, principalmente, el generar conocimiento de buen nivel.
Actualmente, a 30 años de distancia, el Sistema tiene casi 23 mil investigadores, una cifra aún incipiente para el tamaño del país.
Por ello sugirió que es necesario robustecerlo y mejorar aquellas cosas que se deben cambiar para ofrecer a los científicos una mejor oportunidad de dedicarse sólo a la ciencia.
Entre las cosas que es necesario mejorar, José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, enfatizó que es necesario reconocer que aún hoy el trabajo de las mujeres, de las entidades federativas y los proyectos conjuntos no es del todo bien valorado por el sistema, por lo que invitó a que se realicen las reformas necesarias.
Finalmente, al hacer uso de la palabra, Emilio Chuayffet Chemor, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), aseguró que México requiere más pensamiento, reflexión y rigor en sus científicos, sobre todo ante los desafíos que enfrenta el país en la actualidad.
“No hay aprendizaje sin ciencia, ni ciencia sin educación”, resaltó.
Consideró que México requiere de los investigadores, para hacer realidad, en todas y cada una de las aulas del país, la encomienda de brindar una educación de calidad con equidad.
El titular de SEP manifestó su reconocimiento y admiración por la labor del SNI; por el servicio irreemplazable que los investigadores prestan a México y su fecundo compromiso con los avances del conocimiento, que aportan progreso y justicia al país.
Reconoció el valor de los científicos que forman parte del SNI pues tres de sus fundadores, tienen un papel relevante en la SEP en estos momentos: Salvador Malo Álvarez, José Sarukhán Kermes y Luis Medina Peña (quien a penas ayer se incorporó al equipo de asesores del titular de la dependencia).
Finalmente, como parte de la ceremonia de celebración, se entregaron reconocimientos a los miembros fundadores del SNI y a algunos de sus investigadores eméritos, entre los que destacan: Salvador Malo Álvarez, José Sarukhán Kermes, Daniel Reséndiz Núñez, Luis Medina Peña, Roger Bartra, Enrique Dussell, Ulises Estrada Velasco, Francisco Bolívar y Alfonso Larqué Saavedra.