Como una iniciativa sin precedente calificó José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la realización de seis Foros de Consulta para el Desarrollo Tecnológico que impulsará la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en conjunto con las Cámaras de Senadores y Diputados, y la AMC para llevar a los empresarios, instituciones de educación superior y al sector gubernamental al fortalecimiento de la innovación y el desarrollo científico y tecnológico de México.
“Por primera vez, el sector empresarial está haciendo un llamado al sector académico para que unamos fuerzas y dotemos a los empresarios de tecnología y realicemos innovación juntos, sobre todo para la pequeña y mediana empresas, que es el sector que podrá desarrollar con capital nacional productos y procesos innovadores, productos de nueva tecnología para México”.
En rueda de prensa, previa a la presentación de Los Libros de la Agencia Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación y de la firma del Acuerdo para el Impulso y Fortalecimiento Nacional de la Innovación y del Desarrollo Tecnológico Industrial y la Vinculación Efectiva entre Universidades y Sector Productivo en el Senado de la República, Franco expresó su satisfacción por esta iniciativa al reconocer las acciones que ha emprendido el Poder Legislativo en materia de ciencia y tecnología, lo que muestra que, dijo, hay un cambio de paradigma: “Estamos pasando de las ideas a las acciones”.
Ante los representantes de los medios de comunicación y compartiendo presidium con el senador Alejandro Tello Cristerna, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología; y Joshua Mendoza Jasso, vicepresidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Franco destacó que existen dos conceptos clave en esta actividad: la colaboración entre los sectores científicos, empresarial y los tomadores de decisión; y emprender acciones de acuerdo con las necesidades regionales.
“La idea de los foros no es generar documentos, como ha sucedido anteriormente, sino entender y conocer las necesidades específicas de cada región e identificar su vocación para resolverlas”, comentó, y agregó: “esto es que la inversión nacional aumente, que beneficie a los empresarios y, por ende, beneficien social y económicamente al país”.
Joshua Mendoza reconoció que son pocas las empresas que se involucran con la ciencia y la tecnología, alrededor de tres mil son las que han sido beneficiadas con los Programas de Estímulo a la Innovación del Conacyt. El reto, añadió, es incrementar el número de empresas que participen en este sector de manera que se revierta el panorama actual de la inversión en el sector de CTI, en el que el 80% proviene de recursos públicos y el 20% de recursos privados, cuando en otros países como Corea, estas cifran son a la inversa.
"Buscamos que los investigadores trabajen con las empresas, que las vean como un nicho de oportunidades y lleven una investigación aplicada a la industria de manera que se convierta en un motor económico, que se transforme en patentes y permita un crecimiento tanto a las empresas como a la economía del país", apuntó.
El empresario explicó que a través de seis foros regionales en seis distintas ciudades de la República, que darán inicio entre julio y agosto, se buscará la integración, llevando también algunos temas que convergen con la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación, a instituciones de educación superior, investigadores, empresas y consejos estatales de ciencia y tecnología para decidir las estrategias a seguir.
Joshua Mendoza informó que entre los próximos meses de julio y agosto podría llevarse a cabo el primero de los seis foros que se tienen programados y se evalúa ahora la primera sede, así como los temas a tratarse en la misma.
En su intervención, Alejandro Tello Cristerna dijo que en el contexto del compromiso presidencial de alcanzar una inversión en ciencia y tecnología del 1% del Producto Interno Bruto (PIB), no es solo abordar un tema de montos, sino hacia dónde se van a canalizar esos recursos. “No solo podemos vivir de la inversión pública”.
Como ejemplo de lo anterior, mencionó que los 4 mil 500 millones de pesos destinados al Programa de Estímulos a la Investigación, no fueron suficientes pues muchos proyectos quedaron fuera por falta de recursos.
Por ello, “los actores (academia y gobierno) tienen que ser lo suficientemente creativos en buscar cómo involucrar a la iniciativa privada en el tema de la inversión en ciencia y tecnología. (…) Estamos cortos de recursos y encontrar esa fórmula va a ser importantísimo”.