Por Federico Campbell Peña
@penacampbell
"A mí, Joaquín López Dóriga me dio por muerto una noche en su noticiero. Pero estaba vivo, me había escondido en el Sajara Occidental con la resistencia sajarahui", afirma contundente Antonio Velázquez, nacido en Guadalajara Jalisco.
Velásquez participó en el campamento rebelde más grande en la historia de la lucha sajaraui acompañado de la catalana Isabel Terraza en octubre del 2010 en el Sajara Occidental ocupado por Marruecos. Ellos tomaron las imágenes que dieron la vuelta al mundo, dando a conocer esos hechos históricos que fueron el inicio del movimiento conocido como la Primavera Árabe.
Todo ocurrió en octubre del 2010, en el campamento de Gdeim Izik, cerca de El Ayun, la capital del Sajara ocupada por Marruecos desde 1975.
El activista mexicano vivió esos días en el campamento de protesta, filmando cómo se realizaba la rebelión bajo el acoso del ejército de Marruecos. Fue testigo de cómo el campamento en el desierto fue desmantelado tras el asesinato de sajarahuis. Decenas fueron detenidos y torturados.
El jaliscience recordó que la embajada de México en Marruecos a cargo de Porfirio Thierry Muñoz, se deslindó de su caso, cuando él se negó a viajar como le había éste ordenado, en barco desde el Sajara Occidental hacia islas Canarias, debido a las sospechas de que sería detenido o asesinado.
Fue entonces cuando Velásquez y Terraza se escondieron durante un mes en el Sájara Occidental, desde donde enviaron por Internet imágenes de la rebelión reprimida en el campamento.
Para entonces, la canciller española Trinidad Jiménez, otrora simpatizante de la causa sajarahui y luego convertida en política pragmática, dispuso que Velásquez y Terraza salieran de su escondite escoltados por diplomáticos españoles asentados en El Ayun tras un mes de estar escondidos.
"Rechazamos tomar el barco hacia islas Canarias, Nos escondimos. La Secretaría de Relaciones Exteriores SRE dejó en manos del gobierno de España el asunto. Fue después que salimos con la cobertura de diplomáticos españoles a islas Canarias. Al llegar a España hicimos la denuncia de la masacre de sajarahuis cometidas por soldados marroquíes en las zonas ocupadas", asienta el jaliscience.
Un total de 23 sajarahuis que participaron en la rebelión enfrentan juicio en Marruecos. Podrían recibir incluso pena de muerte o sentencia de cadena perpetua acusados de rebelión, la primera de la Primavera Árabe, antecesora de las revueltas de Túnez (diciembre 2010), Egipto (enero 2011).
Por su parte, el ex senador perredista Carlos Navarrete recordó, al lado de Velásquez, que desde la década de los 70 tuvo un acercamiento con el Frente Polisario, con cuyos miembros estrechó relaciones de amistad y fraternidad, que conserva y reafirmó durante su visita a los campamentos de refugiados sajarauis, en el año 2010, donde tuvo la oportunidad de mirar con sus propios ojos y de escuchar de viva voz la situación en la que viven los refugiados.
Navarrete, actual Secretario de Trabajo del Gobierno del Distrito Federal compartió la decisión que tomó durante su viaje a los campamentos sajarahuis, al negarse a realizar una visita a Marruecos y de cómo tiempo después, los diplomáticos marroquíes insistieron para que reconsiderara su decisión, a lo cual él se negó rotundamente.
Ahora, la embajada de Marruecos en México ha invitado a periodistas a la zona para mostrar otra información respecto a la situación en el Sajara Occidental. Se desconoce si los comunicadores podrán filmar y realizar entrevistas libremente en El Ayun o Smara.
Mientras tanto, empresas alemanas pretenden construir receptores de energía solar en las zonas ocupadas por Marruecos del territorio sajarahui, mientras compañías francesas y estadounidenses, siguen en busca de uranio y la Unión Europea, en especial España, se beneficia de la explotación del banco pesquero sajarahui y de ricos yacimientos de fosfatos.
El muro de 2, 700 kilómetros que parte el territorio sajarahui es carísimo y está minado y cuenta con la más alta tecnología de vigilancia. Los cascos azules de la ONU (MINURSO) patrullan la zona pero sin intervenir ni meterse en problemas, menos en salvaguardar a la población civil de abusos.
Hasta el momento, el pueblo sajarahui no ha podido hacer uso del derecho a la autodeterminación mediante un referendo sobre su destino, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas en este sentido (Comité de Descolonización).
El gobierno de México reconoció en 1979 bajo la presidencia de José López Portillo a la República Árabe Sajarahui Democrática RASD, que es miembro de la Unión Africana pero no de la ONU.
Durante su visita a México el 1 de diciembre pasado, el presidente de la RASD Mohammed Abdelaziz aseguró que el "ingreso de Palestina a la ONU manifiesta un precedente palpable para que la RASD ingrese también al organismo, como Estado independiente, libre y soberano". Y destacó las buenas relaciones del pueblo sajarahui con los gobiernos y países de América Latina.
Abdelaziz acudió a la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto, quien refrendó las relaciones diplomáticas con la RASD bajo el principio de la libre autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y no intervención (Doctrina Estrada, sepultada unos años pero sin mayor éxito por el ex canciller foxista Jorge G. Castañeda y sus sucesores panistas en la SRE).