Por influencia de su abuelo, un ex profesor universitario, Adolfo Casahonda Taracena estuvo interesado en los procesos de producción de alimentos desde que cursaba el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur. Por eso decidió inscribirse en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
Ahora que es pasante de licenciatura desarrolla un proyecto de tesis que combina su materia, la economía, con la producción de alimentos hidropónicos y orgánicos.
“Lo que busco es integrar los hidropónicos producidos en la Universidad Nacional, con otros orgánicos, prepararlos en forma gourmet y ofrecerlos a un precio accesible. Parto de la idea de que todos tenemos derecho a una alimentación sana y de que es necesario generar nuevas relaciones económicas para la distribución de alimentos”, dijo.
Casahonda Taracena tomó cursos sobre nutrición, fue así como supo que la mala alimentación es uno de los factores más importantes y decisivos en la aparición de la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
“Al no tener los suficientes antioxidantes, las células degeneran y con el tiempo aparecen esas enfermedades, que se han incrementado alarmantemente en los últimos años”, comentó.
Luego tuvo conocimiento del Taller de Hidroponia de la Facultad de Ciencias (FC), coordinado por Antonio González. Empezó a participar como voluntario en las labores que se realizan allí, hasta que se sintió capaz de echar a andar, por cuenta propia, una microempresa dedicada a la elaboración y comercialización de baguettes, a las que bautizó con el nombre de Bagourmette Sublimerías (ya dispone de una página en Facebook en la que la gente puede dar su opinión y sus “me gusta”, mismos que enriquecerán las estadísticas de su tesis).
Cultivo de plantas
La hidroponia es un método que permite cultivar plantas a partir del uso de soluciones minerales en vez de suelo agrícola. Las raíces reciben una solución nutritiva equilibrada disuelta en agua, con todos los elementos químicos esenciales para el desarrollo de aquéllas.
De este modo se ahorra gran cantidad de líquido, es decir, no se desperdicia y se puede reutilizar constantemente. Además, la agricultura hidropónica hace posible cultivar diversas plantas en un espacio tan reducido como la azotea de una casa.
“Otra de las ventajas es que permite planear la producción. Si alguien cultiva a cielo abierto, muchas veces debe cosechar todo la misma semana, por lo que no puede distribuir correctamente y tiene que abaratar el precio. Al planear mediante la agricultura hidropónica, se está en condiciones de ofrecer el artículo de manera prorrateada cada semana. Así, el precio es más justo para el productor y para el consumidor”.
En el Taller de Hidroponia de la FC se lleva a cabo cada semestre, durante cuatro sábados, un curso gratuito. Su objetivo es difundir cada vez más esta técnica entre la sociedad, para que todos puedan tener sus propios cultivos en casa (consulte https://sites.google.com/site/hidroponiaciencias/).
En la elaboración de sus baguettes, Casahonda Taracena utiliza lechuga hidropónica producida en ese taller, así como jitomate hidropónico, aguacate orgánico, chiles jalapeños, aceite de oliva, pechuga de pavo orgánica, queso de buena calidad y pan blanco o integral.
“Conforme Bagourmette Sublimerías se capitalice, incluiré un mayor número de hidropónicos y orgánicos. Ya estoy en pláticas con otras personas que los producen, porque aquí en la UNAM no se cultiva todo lo que requiero. Asimismo, como ya se generan nuevas variedades de lechugas en la FC, planeo aprovecharlas para ofrecer próximamente, a un precio accesible, diferentes ensaladas hidropónicas”, comentó.
En opinión del pasante universitario, se especula mucho con los precios de los orgánicos y no necesariamente por sus costos de producción.
“Más bien tiene que ver con una cuestión de mercadotecnia o con la idea de que sólo ciertas clases sociales acceden a ese tipo de alimentos. Sin embargo, la producción de alimentos hidropónicos –que en esencia también pueden ser llamados orgánicos – requiere, además de los insumos que habrán de consumir las plantas, una infraestructura económica: tubos de PVC (policloruro de vinilo) y un motor de pecera sumergible”.
Casahonda Taracena ya recopila los datos de su investigación de campo, así como su experiencia en el ámbito comercial, para redactar su tesis y recibirse –a más tardar en un año– como licenciado en Economía.