Investigadores de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, en colaboración con sus homólogos del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), desarrollaron nuevos geles poliméricos que podrían bloquear el paso de agua en yacimientos petroleros del país y elevar la producción de hidrocarburos.
El proyecto, denominado Control de agua en el yacimiento (estos últimos se ubican en suelos con temperatura alta y salinidad elevada), constituye una tecnología propia adaptada a las condiciones de los pozos mexicanos.
La nueva tecnología, que utiliza moléculas poliméricas que bloquearían el agua, fue generada por ambas entidades y las pruebas en laboratorio han sido exitosas. Ahora está por iniciarse, por parte del IMP, la experimentación tecnológica en algunas zonas del sureste, que durará varios meses.
En el grupo de la FQ participan Fernando Barragán Aroche, Norberto Farfán García, Alfredo Vázquez Martínez y Margarita Romero Ávila, docentes de los departamentos de Ingeniería Química, Química Orgánica, Física y Química Teórica y de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Investigación (USAI). El proyecto cuenta con recursos del Fondo Sectorial CONACYT-SENER-Hidrocarburos y es encabezado por Norma Araceli García Muñoz, del IMP.
Nuevas moléculas
El responsable del grupo de la FQ y jefe del Departamento de Ingeniería Química de la misma entidad, Barragán Aroche, explicó que este trabajo busca afrontar la problemática del control de agua en los yacimientos petroleros mexicanos, pues varios de ellos sufren la invasión del líquido por diversas causas, que afectan su producción.
La aportación de la Facultad es principalmente la caracterización, síntesis y diseño de estructuras moleculares. Asimismo, se ha ayudado a entender la naturaleza química de estos compuestos y su interacción con el medio, el cual está en condiciones de temperatura alta y con un contenido elevado de sales disueltas. Es decir, se ha desarrollado una tecnología con agentes químicos con la cualidad de soportar temperaturas elevadas y un estrés iónico alto, apuntó.
Por su parte, Farfán García comentó que se ha desarrollado una metodología con expectativas altas para producir más hidrocarburo. “Es un primer paso para generar más investigadores especializados en un área fundamental para el país, como el sector petrolero”.
El universitario refirió que en otros países los pozos están a baja temperatura, con un nivel de salinidad más moderada, por lo que no se pueden aplicar los mismos compuestos desarrollados en otras latitudes, pues no soportan las condiciones de los yacimientos mexicanos.
Resolver esta situación trae consigo implicaciones económicas. Si se logra aumentar el factor de recuperación de hidrocarburos, que provoque efecto en el incremento potencial de la producción, el impacto en los ingresos para el país sería significativo. Es una cuestión de interés nacional, aseguró.
Al respecto, Barragán Aroche explicó que la tecnología desarrollada incluye tanto procedimientos de laboratorio como nuevas moléculas y está orientada principalmente a yacimientos de temperatura alta y salinidad elevada. “Las condiciones de nuestros reservorios hacen que esa tecnología comercial no dé resultado, por lo que fue necesario desarrollar una metodología distinta, con moléculas adaptadas y resistentes a las condiciones actuales”.
La presencia de agua en los yacimientos mexicanos es un problema significativo, pues el líquido se filtra por diversas fracturas en el terreno y en muchos casos se acaba por extraer más agua que petróleo, añadió. Por ello, la nueva metodología busca controlar el flujo hídrico a través de las fracturas, para extender la vida productiva de los pozos.
En ese sentido, Margarita Romero subrayó que la importancia de este proyecto radica en haber encontrado una molécula adecuada para incrementar la extracción del hidrocarburo, además, la frontera superior del venero limita la relocalización de la zona productora, lo que impacta de manera negativa en su explotación. Con este trabajo se podría contribuir a extender su vida y elevar la producción, con resultados benéficos.
Multidisciplina
En su oportunidad, Vázquez Martínez consideró necesario formar redes, grupos con gente de diferentes especialidades.
“En este caso, quienes se dedican a estudiar el petróleo entienden el problema desde su punto de vista y nos solicitan moléculas de determinado tipo, en tanto, quienes hacemos síntesis química debemos generar las que son adecuadas a las necesidades señaladas. Es un proceso de retroalimentación constante”, acotó.
En relación a ello, Fernando Barragán indicó que el proyecto ha permitido alcanzar un desarrollo multidisciplinario, donde han participado investigadores de más de un departamento académico de la FQ y establecer una red con especialistas de otras instituciones, como el IMP, con resultados productivos.
Una de las consecuencias importantes es haber establecido un consorcio para proveer de soluciones tecnológicas a PEMEX y así reducir día a día la búsqueda en el extranjero de los desarrollos requeridos. Además, se establece un precedente para abordar otras problemáticas de los yacimientos petroleros, con la colaboración de la Universidad, concluyó.