El inicio temprano de las relaciones sexuales entre los adolescentes mexicanos sin la debida protección, los expone cada vez más a enfermedades de transmisión sexual o a embarazos de alto riesgo que pone en peligro la vida de la madre y su producto.

Conforme a la ENADID 2009, 61.8% de las adolescentes de 15 a 19 años sexualmente activas declaró no haber usado un método anticonceptivo durante su primera relación sexual; en las jóvenes de 25 a 29 años esta proporción aumenta a 75%, lo cual contrasta con el conocimiento que éstas tienen sobre los métodos de control natal. Información de la misma encuesta indica que 97% de las adolescentes y 98.2% de las jóvenes de 25 a 29 ha oído hablar de alguno de éstos. Lo anterior conlleva a una situación compleja en la cual el conocimiento de métodos anticonceptivos es una condición necesaria, mas no suficiente para su uso.

De acuerdo con las Estadísticas de Defunciones, en 2010 fallecieron poco más de 37 mil jóvenes, lo que en términos porcentuales representa 6.3% de las defunciones totales.

La sobremortalidad masculina es una característica de las defunciones en este segmento de la población, la cual se asocia principalmente a causas violentas.

A nivel nacional fallecen 328 hombres por cada 100 mujeres de 15 a 29 años, siendo el grupo de 25 a 29 años el que muestra la mayor sobremortalidad.

Las desigualdades observadas en los niveles de la mortalidad entre hombres y mujeres reflejan diferencias en los riesgos a los cuales se exponen las tres principales causas de muerte en los varones son provocadas por: agresiones (32.3%), accidentes de transporte (16%) y por lesiones autoinfligidas intencionalmente (5.6%), todas ellas catalogadas como violentas y que en suma participan con el 53.9% de las defunciones totales de este grupo de población.