En México, 67 de cada 100 mujeres de 15 años o más han sido víctimas de algún tipo de violencia, es decir, según datos del INEGI, más de la mitad de la población femenina vive en su cotidianidad con acosos, golpes o humillaciones, denunció la diputada Merilyn Gómez Pozos al presentar ante el Pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa a favor de las víctimas de maltrato.
La legisladora por Jalisco indicó que la pareja, “lejos de ser un apoyo, es el mayor propiciador de las agresiones”: cuatro de cada diez mujeres han sido agredidas por novios o maridos; y 48.7 por ciento de las que han estado casadas han sido víctimas de maltrato. En tanto, 39.7 han experimentado abusos por parte de desconocidos y 30 por ciento en el trabajo.
Ante estos indicadores, la diputada propuso reformar la Ley de Asistencia Social, con la intención de incluir como sujetos de asistencia social preferente a las mujeres en situación de violencia emocional, psicológica, económica, física, sexual o abandono.
Al argumentar su iniciativa, Merilyn Gómez resaltó que las agresiones más experimentadas son las emocionales con 41.6 por ciento de casos, la violencia económica con 30.6%, la física con 23.4 y la sexual 10.5.
Recordó que en 2009, las muertes de mujeres por violencia representaron 4.4 por ciento de las defunciones totales. En el último quinquenio cuatro de cada diez homicidios de mujeres han ocurrido en su hogar. El estado con la tasa más alta de violencia que termina en muerte es Chihuahua con una proporción que aumentó de 3.6 a 13.1 por ciento en tan sólo cinco años.
La legisladora por Jalisco expuso ante el Pleno que la mayoría de personas no es consciente de que existen múltiples tipos de violencia y que todos ellos representan violaciones a los derechos humanos, por lo que el tratamiento del problema se vuelve más complejo. Resulta muchas veces difícil comprobar el maltrato cuando no hay golpes que lo verifiquen.
“Violentar a una mujer es poner en riesgo el futuro de nuestros hijos, la prosperidad del país y el porvenir de la humanidad”, alertó Gómez Pozos.
“La violencia contra las mujeres no es un fenómeno aislado, es un problema social que nos involucra a todos, porque todos en alguna medida no hemos hecho lo suficiente para erradicarla.
“En el caso de las agresiones contra las mujeres, no se trata de incidentes azarosos sin conexión, sino del resultado de relaciones estructurales de desigualdad entre hombres y mujeres, que a lo largo de los años se han sistematizado en nuestra vida diaria”, indicó Merilyn Gómez.
La iniciativa propone reformar el Inciso b de la Fracción II del artículo 4 de la ley de asistencia social, con la intención de que sean sujetos de asistencia social preferente las mujeres en situación de violencia emocional, psicológica, económica, física, sexual o abandono.