El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados indicó que el desempleo en el país no se ha desbordado debido a que la informalidad ha funcionado como válvula de escape.
Detalló que mientras que al inicio del sexenio anterior el 26.6 por ciento de las personas ocupadas trabajaban en el sector informal de la economía, en el tercer trimestre de 2012 la proporción alcanzó 29.2 por ciento, equivalente a 14 millones 221 mil 779 personas.
Al tomar en consideración la nueva medición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dada a conocer el pasado 10 de diciembre, agregó, 29 millones 271 mil 23 personas se encuentran en la informalidad, lo que significa que 6 de cada 10 personas en el mercado laboral trabajan en plazas no registradas en el sistema de seguridad social.
En el documento “Criterios Generales de Política Económica 2013. Análisis sobre la situación del mercado laboral en México”, el CEFP precisó que al 31 de octubre el número de trabajadores permanentes y eventuales urbanos afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social fue de 16 millones 67 mil 633 personas.
Esto equivale a un crecimiento anual de 729 mil 316 plazas y un aumento de 865 mil 207 personas en lo que va del año. Por tipo de contrato, el 72.6 por ciento de los empleos formales creados en 2012 fueron de carácter permanente, afirmó.
Puntualizó que de acuerdo con el INEGI, del tercer trimestre de 2011 al mismo periodo de 2012 se incorporaron al mercado laboral un millón 801 mil 227 personas y, en el mismo lapso, el sector formal generó 716 mil 135 empleos.
En los últimos doce meses, agregó, un millón 85 mil 92 personas no pudieron colocarse en el sector formal. Si se comparan dichos indicadores a lo largo del sexenio anterior, se observa que se acumuló un déficit de 3.0 millones de empleos.
El CEFP detalló que esta insuficiencia de oportunidades laborales ha ocasionado que la mayoría de los indicadores de empleo no hayan regresado a los niveles que tenían previo a la crisis.
En primera instancia, argumentó, entre enero de 2007 y octubre de 2008, la Tasa de Desocupación (TD) era de 3.8 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) y después de casi cuatro años de recuperación económica, sigue elevada en 5.0 por ciento.
Otro indicador que no ha regresado a su nivel previo a la crisis es la subocupación. Las personas que reportaron al INEGI tener la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le permite, pasó del 6.8 por ciento en el tercer trimestre de 2008 a 8.7 por ciento en el mismo trimestre de 2012.
Lo anterior, afirmó, implica que 4 millones 246 mil 814 personas tienen la necesidad de buscar un segundo empleo ante la insuficiencia de sus ingresos actuales.
De acuerdo con el INEGI, los trabajadores ocupados tuvieron un ingreso nominal de 5 mil 528 pesos mensuales durante el tercer trimestre de 2012. Al descontarle la inflación se observa que su ingreso cayó 1.2 por ciento en el último año.
Si se comparan con su nivel más alto alcanzado previo a la crisis (segundo trimestre de 2007), los ingresos mensuales acumulan una caída real de 14.9 por ciento.
En el documento, el CEFP resaltó que aunado a ese deterioro, la reversión de los flujos migratorios es un factor no previsto que influyó en el crecimiento de la oferta laboral del país.