El Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) ha podido llevar a cabo proyectos de desarrollo científico y tecnológico con Estados Unidos, y busca hacerlo ahora con el sector productivo mexicano, con lo que consolidaría el trabajo que realiza en sus laboratorios avanzados, únicos en instituciones de investigación en América Latina.
Alberto Carramiñana Alonso, director del INAOE, añadió en entrevista tras la celebración del 41 aniversario de la institución y el 70 aniversario del Observatorio Astronómico de Tonantzintla, que si bien en los laboratorios del Instituto se llevan a cabo proyectos científicos y son sede para la realización de tesis de doctorado, es necesario empezar a conectarse con el sector productivo nacional para desarrollar productos y dar ese paso que se necesita.
“Creamos dispositivos electromecánicos con una empresa de Estados Unidos, pero no lo hemos hecho con empresas en México. No sabemos si hay compañías interesadas o realmente no hemos llegado al foro donde juntemos intereses comunes. Estamos seguros que nuestros servicios son de características únicas en este país y los podemos ofrecer, por ejemplo, a la industria aeroespacial o aeronáutica. Es uno de los temas importantes que ahora tenemos en la mesa”, expuso.
El científico, especialista en altas energías, explicó que el instituto que dirige cuenta con el Laboratorio de Innovación en MEMS (acrónimo en inglés de Sistemas Microelectromecánicos), que son pequeños dispositivos mecánicos y electrónicos que miden entre 1 y 100 micrómetros que se pueden aplicar en telecomunicaciones y en el sector automotriz, y se busca llevarlo al desarrollo de microcomponentes dinámicos y estáticos con aplicaciones en óptica integrada, entre otras áreas.
Lo mismo sucede –agregó- con el Laboratorio de Superficies Asféricas, cuya creación fue motivada por el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) y donde se desarrollan proyectos de metrología, pulido de grandes superficies y trabajos con fibra de carbono.
GTM, abierto a la comunidad científica en la primavera del 2013
El Gran Telescopio Milimétrico (GTM), en la cima del volcán Sierra Negra, en Atzintzintla, Puebla, es un proyecto científico binacional México-Estados Unidos, el más ambicioso e importante en la historia de nuestro país, y que en breve estará abierto a la comunidad científica internacional.
“México a lo largo de varios años ha ido invirtiendo en el telescopio. El año pasado hicimos observaciones que no son realmente importantes descubrimientos, fueron demostrativas de la capacidad del telescopio”, explicó Carramiñana, quien adelantó que próximamente el telescopio llevará como nombre oficial “Alfonso Serrano”, creador y principal investigador del proyecto GTM.
Con este telescopio, en el que participan el INAOE y la Universidad de Massachusetts en Amherst, se podrán captar radiaciones provenientes del espacio en el rango de 350 a 75 Gigahercios (GHz), que corresponden con longitudes de onda de 0.85 a 4 milímetros (de ahí el nombre de milimétrico); asimismo se podrán estudiar los fenómenos físicos asociados con el origen del universo que hasta la fecha la humanidad no ha podido observar.
El GTM, proyecto con una inversión de mil 814 millones de pesos, también captará la radiación milimétrica que se emite en las regiones frías del Universo, como las nubes moleculares y las regiones de nacimiento de las estrellas y de los planetas.
El director del IANOE, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, indicó que el próximo paso en este proyecto, cuya construcción inició en 1998 y concluyó en 2006, es abrir el uso del telescopio a la comunidad como una herramienta científica, con la meta de que los investigadores usen el instrumento, tengan resultados novedosos y los publiquen.
De lo que se trata –expuso- es que la inversión que se hizo se capitalice en nuevo conocimiento. El plan es tenerlo disponible una temporada corta, unos meses de la primavera del 2013 hasta que llegue la temporada de lluvia y de ahí en adelante iniciar la explotación científica del GTM.
Observatorio de rayos gamma HAWC, listo en dos años más
Alberto Carramiñana también informó que el Observatorio de rayos gamma HAWC (High Altitude Water Cherenkov), un proyecto que él inició y en el que participan alrededor de 25 instituciones mexicanas y estadounidenses, el cual ya está empezando a operar, concluirá su instalación en dos años más y a la par empezará a dar resultados científicos.
“Está al pie del volcán Sierra Negra, a 4 mil 100 metros de altura y a un kilómetro de distancia en línea recta del GTM hacia abajo, con lo que aprovecha la infraestructura del Gran Telescopio Milimétrico. Ahora mismo estamos empezando a ver lo primeros datos, que no son resultados en sí, pero sí datos que están sirviendo para calibrar el instrumento”.
El HAWC será un detector Cherenkov de agua que ayudará a consolidar a Sierra Negra como un observatorio astrofísico único en el mundo. Los rayos gamma que observará provienen de objetos celestes bajo condiciones físicas extremas, en los que se producen partículas, o rayos cósmicos, de las más altas energías.
Este observatorio –dijo el astrofísico- es un instrumento único a nivel mundial, será 10 o 15 veces mejor que su antecesor, Milagro.
El INAOE –sostuvo categórico- es una institución que puede competir a nivel mundial. Es algo con el que mismo Alfonso Serrano luchó al interior del proyecto GTM, significa tener la visión de que México es un país que puede desarrollarse a altos niveles y que los mexicanos podemos hacer las cosas y hacerlas en grande”.
Carramiñana Alonso espera que el INAOE no solo sea visto por los mexicanos a la par de otras instituciones de investigación del extranjero, sino que desde afuera se le considere al mismo nivel: “Para mí sería un reconocimiento, un ideal y una meta a alcanzar en estos años”.