El Partido Verde Ecologista de México fue fundado hacia finales de los 80 por el ex funcionario de Gobernación (Director de Migración) y empresario Jorge González Torres, heredero de una gran fortuna, con el fin de hacer negocios en la política mexicana.

Además, con ello buscó, y logró, impedir la creación de un auténtico partido verde o ecologista en México, como Die Grunen, Los Verdes de Alemania y otros de este tipo que se fundaron en Europa en los años ochenta.

En esa época, González Torres estaba muy ligado al negocio de medicinas similares o genéricas, al doctor SIMI, su hermano, a su suegro Emilio González Manatou, secretario de la Presidencia con Díaz Ordaz y secretario de Salubridad y Asistencia de López Portillo y a la fracción dominante de la Iglesia Católica: la ultraconservadora.

Ha estado ligado al grupo ultraconservador católico Caballeros de Colón, al exilio cubano de Miami (Frente de Liberación Nacional Cubano-Americano, 1993).

Destacó por bloquear la llegada a México de la política y el pensamiento verde ecologista les interesaba mucho a los grandes empresarios, al PRI de Carlos Salinas de Gortari y a la Iglesia Católica dominante.

El secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, se convierte entonces en el mayor sostén del lanzamiento de este partido en las elecciones de 1991.

A lo largo de su estancia en las cámaras y la asamblea legislativa, el PVEM ofrece apoyo a las tecnologías más contaminantes, como la minería a tajo abierto, el fracking y los transgénicos; apoya la legislación a favor de las empresas contaminantes y a su saqueo de petróleo, gas, metales y otros regalos de la naturaleza, pero también ofrece apoyo a las peores causas nacionales e internacionales, lo que llama poderosamente la atención en ese ámbito, de donde llegan versiones de asombro por la forma en que avanza en México este desprestigiado organismo político.

Su participación en las comisiones del medio ambiente en las cámaras y la asamblea legislativa del DF es clave en la creación de la muy mala legislación ambiental que tiene México y que tanto daño ocasiona a la riqueza natural de México.

Y para mayor asombro, ese partido tiene ahora el control de la SEMARNAT, Una prueba de ellos es que recientemente fue clave en la aprobación de la pésima reforma energética del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y en la legislación que promueve la introducción del fracking en gran escala en nuestro país, una tecnología súper contaminante prohibida en el estado de Nueva York, en Francia y otros países.

En 2004, Jorge Emilio González Martínez, conocido como el “Niño Muerde”, hijo de González Torres y presidente del partido, es descubierto en negociaciones inmobiliarias ilegales en Cancún, por lo que un importante grupo de ambientalistas y ecologistas levantaron nuevamente su voz, como en 1991, y publican un desplegado en el que se exigen la cancelación del registro del PVEM.

El argumento es que se revise la naturaleza espuria de su origen, historial legislativo y ejecutivo, militancia falsa, estatutos y  funcionamiento antidemocráticos.

La irritación internacional llega a su límite y en 2009 la federación internacional de partidos verdes expulsa al PVEM por ser contrario a sus postulados básicos en Berlín, Alemania. Un voto unánime alentado, entre otros, por el Partido Verde Alemán, Die Grunen, que descubrieron sus tesis derechistas, contrarias a los postulados verdes progresistas.

Desde 2006 el PVEM empieza a convertirse en un partido a las órdenes del duopolio televisivo. Televisa le entrega- a precios de ganga- espacios publicitarios y recetas para manipular a las masas; también el PRI redescubre la utilidad del PVEM como partido cacha votos y comparsa para su causa.

En diferentes frentes políticos y sociales de México ha quedado debidamente demostrado que el PVEM carece de auténtica militancia voluntaria, pues solo tiene empleados y subsiste por el enorme gasto de publicidad política que realiza.

Basa sus campañas en propuestas que apelan a los peores apetitos del ser humano, como es la pena de muerte y la violencia; el odio al ser humano, además de que utiliza como instrumento los más sucios trucos de la política, como la mentira, el engaño, el hostigamiento, la violencia, la demagogia.

El PVEM es indispensable en la conservación de las facilidades que tienen las grandes empresas para contaminar y saquear la riqueza natural y cultural de México.

Desde hace algunos meses, el PVEM  viola sistemáticamente la ley y los códigos electorales; por medio de spots, anuncios y publicidad que no se deben difundir fuera de los tiempos de las campañas electorales.

Cuenta con el poderoso apoyo del priista Manlio Fabio Beltrones, líder de los diputados tricolores, cuya hija está casada con Pablo Escudero, coordinador en el Senado de la bancada del PVEM. Por ello se le etiquetó como falso partido que solo representa la otra cara del PRI como clave para su supervivencia, de ahí el enorme gasto publicitario ilegal que realiza.

Adriana Matalonga Rodríguez-Beltrán, Alianza de la Costa Verde, ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, Edgardo Mota, Edith Gutiérrez, Gustavo Romero, Jaime Lagunez, José Arias Chávez, José Enrique González Ruiz, José Ignacio Félix Díaz, Jesús Ricardo Zúñiga, Jorge Hernández, Kamay Maya, La Quijota hACe, Marcos León Goldis Ortega, Margarita Hernández Ruiz, María Elena Contreras Domínguez, Marisol Martínez, Martha Peralta Calderón, Mauricio Villegas, Miguel Valencia, Miriam Jiménez, Patricia Gutiérrez Otero, Pedro Luis Burrola Ávila, Rene Torres Bejarano, Rocío Prado, Rodolfo Buentello, Rodrigo Mendoza, Silvia Olivares Lecona, Virginia Piña Morales, Armando Salgado DUAMA;  Izquierda Verde, Rancho Ecológico Pilcaya Gro, Oscar Cota, Rancho Ecológico Rosarito BC,