En México la proporción de nacimientos atendidos por médico es de 95 por ciento, pero hay rezagos lacerantes en entidades federativas como Chiapas, donde prevalece una proporción importante de nacimientos atendidos por parteras o en casa.

Así lo dio a conocer Susana Cerón Mireles, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud reproductiva de la Secretaría de Salud, al destacar que se debe revertir todo el rezago en materia de salud y económica.

Al participar en un evento organizado por la Cámara de Diputados, explicó que la reducción de la mortalidad materna es el quinto de los Objetivos del Milenio y dijo que el descenso a nivel mundial ha sido de 47 por ciento, pero en nuestro país se redujo 49 por ciento  entre 1990-2010 y es el indicador más sensible a desigualdades sociales.

Refirió que la coordinación interinstitucional es insuficiente; existe una descentralización de servicios, diferentes capacidades en los estados para tener servicios de buena calidad y los atribuibles a la atención médica, rechazo a las embarazadas, impericia en el manejo de la emergencia y no tenemos articuladas redes de atención.

“Una mujer embarazada difícilmente sabe dónde se va a atender y si ocurre una emergencia obstétrica no tiene claro a dónde debe acudir”, comentó.

Fue aquí cuando dijo que en México, la proporción de nacimientos atendidos por médico es de 95 por ciento; pero los rezagos en entidades federativas como Chiapas provocan una proporción importante de nacimientos atendidos por parteras o en casa; sin embargo, reconoció que esto “no necesariamente habla de calidad”, cuando el indicador establece que debe ser por personal calificado.

Refirió que el Instituto Nacional de las Mujeres aplicó una encuesta en 2012 a médicos del primer nivel de atención sobre capacitación en temas relacionados con emergencia obstétrica, y la proporción de personal calificado fue menor a 50 por ciento.

“Hay un problema importante de la calidad del médico que atiende estos partos o que está en contacto con mujeres embarazadas y es un reto que debemos revertir”, puntualizó.

Además, mencionó que aun cuando en los estados de la República hay plazas vacantes para el personal médico especialista, “no se van a esos lugares, el ginecobstetra no se va a Guerrero; además, hay desabasto de insumos esenciales de métodos anticonceptivos y del manejo de la emergencia obstétrica y, en algunos casos muy dramáticos, existen pero no los saben usar”.

Señaló que en 85 por ciento de los nacimientos no hay complicaciones, pero para el restante 15 por ciento es crítico contar con infraestructura suficiente.

Mencionó que 40 por ciento de los hospitales de primer nivel del sector salud tiene teléfono o algún medio de comunicación “y esto es crítico cuando hay que referir una paciente con urgencia obstétrica”, además, respecto a las ambulancias, “en el sector salud en el primer nivel de atención es de 6 por ciento”.

Agregó que hay diferencias muy importantes entre las entidades; por ejemplo, dijo, la probabilidad de morir por una hemorragia obstétrica es 23 veces más elevada en Guerrero, que en Nuevo León”.

Destacó que la brecha de uso de métodos anticonceptivos entre la población urbana y rural, se redujo de 30 puntos en los años 70, a 13 puntos porcentuales.

Sin embargo, consideró fundamental impulsar el acceso a métodos anticonceptivos, ya que entre 1997 y 2009 se incrementó el uso de los mismos sólo cuatro 4 puntos porcentuales y nos han rebasado los países centroamericanos o están al mismo nivel que México, lo que muestra un periodo de estancamiento en el uso de medios de planificación familiar.

Dijo que existe una demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos, pues cerca 10 por ciento de las mujeres con vida sexual activa no quiere embarazarse pero no se cuida.

Expresó que 25 por ciento de los adolescentes tiene problemas para acceder a los mismos, lo cual se refleja en la tasa de fecundidad del sector, ya que se preveía que en 2012 se alcanzarían 58 nacimientos por cada mil adolescentes, pero la Encuesta Demográfica ENADI reportó que el nivel era de 69.5 por ciento.

De ahí la importancia de consolidar acciones de protección, promoción y prevención de enfermedades; prevenir embarazo adolescentes y fomentar un embarazo saludable y un parto y puerperio seguros, así como establecer campañas de prevención de embarazos no planeado y de enfermedades de transmisión sexual entre adolescentes.

Además, asegurar atención a la población en situación de vulnerabilidad con servicios de calidad y disminuir mortalidad materna y lograr un sistema nacional de salud universal, que fortalezca la salud materna y la atención de emergencia obstétrica.

Subrayó que la planificación familiar ha impactado en la reducción de 30 por ciento en las defunciones maternas y dijo que en México se estima que mil 900 muertes fueron evitadas por la planificación familiar.