“Si hay leyes que no estuvieron a la altura del actual proceso electoral o quedaron cortas frente a la realidad que se nos presentó en estos comicios, el debate y el acuerdo legislativo son una excelente vía para resolver la polarización, no así la protesta en vialidades, pues esa lección ya la aprendimos en estos últimos años”, afirmó el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, José González Morfín.

Argumentó que toda legislación es perfectible y por ello dijo que es sano que toda normatividad puesta a prueba, y más una de carácter electoral, pueda modificarse para adaptarla lo mejor posible a las circunstancias y a las exigencias de la ciudadanía.

Consideró que “de aquí al 6 de septiembre, plazo límite para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) califique la elección presidencial, los partidos políticos, sus militantes y simpatizantes estamos obligados a conducirnos dentro del marco legal y el Estado de Derecho”.

Y añadió: “Procesos tan intensos como las pasadas elecciones propician las diferencias, pero más allá de nuestra militancia o simpatías por candidatos o partidos políticos, los ciudadanos debemos conducirnos en el marco de la ley”.

Recordó que si bien la Constitución consagra el derecho a la libre manifestación de las ideas, esto no debe ser utilizado como instrumento que transgreda el derecho de otros a, por ejemplo, gozar del libre tránsito.

González Morfín destacó que las leyes que integran nuestro marco jurídico permiten reconducir nuestras inconformidades, quejas y denuncias.

“Debemos darle tiempo a las instituciones a que resuelvan esos procesos y no antes, pues usar la inconformidad social como medida de presión para imponer resoluciones a modo no es una vía que consagre la Constitución”, subrayó.

Dijo que si las leyes existentes no satisfacen las exigencias, siempre existirá la posibilidad de modificarlas, cuestión que tendría que analizarse en los ámbitos correspondientes.

Recordó que la reforma electoral de 2007, por ejemplo, recogió las inquietudes y exigencias de las diferentes fuerzas políticas representadas en ese momento en el Congreso de la Unión.

Consideró que el Congreso de la Unión, en la LXII Legislatura que está por iniciar, debe convertirse de nueva cuenta en el espacio donde las fuerzas políticas puedan dirimir sus diferencias por la vía pacífica y despresurizar así la polarización política y social propia de un proceso electoral.