Con el fin de combatir la obesidad en la sociedad mexicana, diputados federales impulsan la iniciativa que establece eliminar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) al agua no gaseosa en envases menores de 10 litros, ya que actualmente una botella de un litro es más cara que la de un refresco.

Indicaron que si la iniciativa que reforma el inciso c) de la fracción I del artículo 2o. A de la Ley del IVA es aprobada, el líquido vital bajaría entre 7.56 y 9.24 pesos, para hacer más atractivo su consumo como alternativa sana para los ciudadanos.

En la actualidad, el costo de una botella de un litro de agua oscila entre 9 y 11 pesos, mientras que el de un refresco, ya con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de un peso por litro es sólo de 8 pesos.

El texto de la Ley vigente en la materia indica que el IVA se calculará aplicando la tasa de 0 por ciento a la enajenación del hielo y agua no gaseosa, excepto cuando en este último caso su presentación sea en envases menores de diez litros.

La reforma que proponen los diputados elimina la excepción para que dicha tasa también se aplique al agua no gaseosa en envases menores de diez litros.

“El problema con las medidas establecidas en la pasada reforma fiscal es que éstas no fueron integrales, ya que si bien se aumentó el precio de las bebidas saborizadas, no se fomentaron de manera paralela incentivos económicos que hicieran más atractivo el consumo de alternativas sanas, por lo que sólo se redujo el poder adquisitivo que los ciudadanos destinan al gasto en este tipo de productos”, señalan en su documento.

Consideran necesario utilizar todos los instrumentos para combatir la obesidad y el sobrepeso que permea en todas las estructuras, edades y condiciones del país, porque representan un reto en el sector salud, e impactan en la productividad de las empresas, en el desempeño escolar y en el desarrollo económico de todo México.

De acuerdo con el “Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana”, elaborado por el Instituto Nacional de Salud Pública, los mexicanos consumen un promedio de 163 litros por año, “lo cual es alarmante porque proveen un exceso de calorías y ningún beneficio nutricional”, puntualizaron.

“La ingestión de este tipo de bebidas representa 21 por ciento del consumo total de energía de adolescentes y adultos en nuestro país, situación preocupante, ya que con base en información del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, un refresco de 500 mililitros contiene más de 200 calorías, 60 gramos de azúcar y ningún tipo de nutrimento”, explicaron.

La iniciativa destaca que información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  (FAO), México posee el mayor índice de obesidad de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Revela que la prevalencia de obesidad en adultos alcanzó un máximo de 32.4 por ciento de la población, superando por primera vez a Estados Unidos que, según el mismo informe, registró 31.8 por ciento.

El efecto negativo de la obesidad en la población incluye enfermedades tan graves como diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias, padecimientos coronarios, osteoartritis, cáncer de mama, esófago, colon, endometrio y riñón.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2012 revela que la prevalencia de sobrepeso en los adultos mexicanos fue de 71.3 por ciento, lo cual se traduce en 48.6 millones de personas. Por su parte, la población en edad escolar presenta niveles de obesidad que ascienden a 5.6 millones de niños; es decir, 34.4 por ciento de los habitantes de 5 a 11 años de edad.