El senador Silvano Aureoles Conejo exhortó al Ejecutivo federal para que a través de la Secretaría de Educación Pública, investigue los casos de bullying y hostigamiento presentes en las escuelas de educación básica, y fortalezca las medidas de vigilancia dentro y fuera de estas instituciones.

El legislador por Michoacán señaló que en los últimos años la violencia en las escuelas se ha incrementado de tal manera que a nivel internacional este fenómeno ya es conocido como bullying, debido el fuerte grado de agresividad con que se manifiesta esta acción entre los jóvenes.

Explicó que el tipo de violencia dominante en las escuelas es emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares, además, resaltó que las y los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niñas y niños en proceso de entrada en la adolescencia, donde destacan en mator porcentaje las niñas en el perfil de víctimas.

“La falta de conciencia y atención por parte de las autoridades y el desinterés de algunas familias por el otro, han dado como consecuencia que cada día sean más los casos de abuso escolar” afirmó.

En este sentido, mediante un punto de acuerdo, Silvano Aureoles hizo un llamado a la Secretaría de Educación Pública a no permanecer inerte y  asumir su compromiso con la educación en el país. “No debe permitirse el hecho de que dentro de un salón de clases, las prácticas de abuso entre menores se realicen sin sanción alguna ante el conocimiento de las autoridades”.

Insistió en que la intimidación o bullying en las escuelas tiene solución si los alumnos rompen el silencio y denuncian, sin embargo, es responsabilidad de las autoridades no dejar a los menores a su suerte ante este fenómeno.

En el punto de acuerdo que se turnó a la Comisión de Educación para su análisis y dictamen, Aureoles Conejo subrayó la importancia de exhortar a las autoridades a que investiguen los casos de bullying en las escuelas,  ya que con ello se busca evitar el miedo a denunciar por parte de las víctimas de tales abusos.

“Si queremos que nuestra niñez esté segura y educada, tenemos que participar todos como sociedad y como gobierno, a fin de procurar seguridad emocional y física a los menores para fomentar en ellos el sano desarrollo físico y mental, pero sobre todo la confianza y respeto a los demás, a la autoridad, a las instituciones y a las normas”.