El senador Tomás Torres Mercado sugirió que el segundo período ordinario de sesiones termine el 30 de mayo de cada año, en lugar del 30 de abril y que en el año en que el presidente de la República concluya su encargo el segundo período se extienda hasta el 15 de junio.
En su opinión, “lo corto de nuestros períodos ordinarios de sesiones es aún más dramático durante el último año del encargo del titular del Ejecutivo federal, que es el momento en que nos encontramos”.
El legislador especificó que el problema radica en que el período ordinario termina el 30 de abril, pero la renovación completa de la Cámara de Diputados y del Senado se da hasta septiembre.
Esto --puntualizó-- genera vacaciones adelantadas para la mayoría de los legisladores, impide la atención de temas importantes y obstaculiza la generación de acuerdos que pueden contribuir a sentar bases sólidas para el nuevo gobierno.
Además, señaló que su propuesta pretende hacer frente a una de las principales críticas al Poder Legislativo, que se reúne de forma ordinaria durante seis meses y medio cuando otros congresos y parlamentos lo hacen por ocho meses o más al año.
Aclaró que este tercer periodo de sesiones ordinarias se convertirá en un elemento fundamental para la debida atención de los asuntos nacionales y en un mecanismo idóneo para la generación de acuerdos y agendas que preparen el terreno para coaliciones legislativas y de gobierno, tan necesarias en la realidad actual de México.
La iniciativa que reforma los párrafos primero y segundo del Artículo 65 y el primero del Artículo 66 de la Constitución, fue turnada a las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, donde, téngase por seguro, dormirá el sueño de los justos.