Millones de familias en México, la mayoría de escasos recursos, destinan 90 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos, lo que urge a frenar la especulación que ha provocado el encarecimiento hasta en 450 por ciento de productos como verduras o huevo, afirmó el presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Gerardo Sánchez García.
Durante una conferencia magistral en el foro de consulta “México Próspero”, el líder cenecista consideró que el Estado tiene el deber de intervenir ante la escasez en el abasto de alimento, además de establecer límites al libre mercado, a la importación de alimentos baratos y a la reducción de inversiones en el sector agropecuario, lo cual, dijo, ha dado como resultado una balanza comercial agroalimentaria negativa, así como el aumento de la pobreza y migración en el campo.
En este sentido, recordó que México importa —principalmente de Estados Unidos— 35 por ciento del consumo total de maíz, trigo, arroz, soya, sorgo, leche, carne de bovino, de porcino y de ave, y refirió que, según cifras oficiales, en los últimos 12 años, la importación de dichos productos aumentó 35 por ciento en volumen y 223 en valor económico.
Lo anterior —apuntó Sánchez García— representa un alto riesgo para la seguridad alimentaria y la economía familiar, ya que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de no modificar “drásticamente” su política agroalimentaria, en 2030 México tendría que importar 80 por ciento de los alimentos que consume.
Por ello, señaló que las propuestas de la CNC se enfocan en el establecimiento de un pacto social de todos los integrantes del Sistema Alimentario Nacional a favor de la seguridad y soberanía; lograr una Ley de Planeación Alimentaria, así como reglamentar las modificaciones hechas a los artículos cuarto y 27 constitucionales, y equiparar la política respectiva con los países socios comerciales de México.
Los objetivos de dichas propuestas, explicó, son reducir la pobreza en el campo, crear empleos, elevar ingresos, aumentar la productividad, valor agregado y rentabilidad económica de los alimentos, ampliar el mercado externo del sector, mitigar el alza de precios, reducir un 50 por ciento las importaciones, lograr que México tenga una balanza internacional comercial equilibrada y mejorar el uso del agua y de la tierra.
Asimismo, consideró que el éxito de la Cruzada Nacional contra el Hambre dependerá, en gran medida, de aumentar la producción de alimentos y de no depender del inestable mercado internacional.
Con información de la revista digital 2000 Agro