La presidenta de la Comisión Especial de Asuntos Alimentarios, diputada Gloria Bautista Cuevas, se pronunció por el rescate del consumo de alimentos tradicionales en peligro de extinción, y por salvaguardar la cultura gastronómica mexicana.
Durante el foro: Consumo de alimentos. Diálogo con movimiento mundial Slow Food, planteó realizar un trabajo conjunto para el análisis, estudio, difusión y elaboración de propuestas para resolver el problema alimentario de los mexicanos, especialmente de los jóvenes.
Asimismo, para hacer un diagnóstico sobre ingredientes y formas tradicionales de ingesta que están en peligro de extinción; promover la educación nutricional en la población infantil y juvenil, difundir y valorar la gastronomía mexicana y las cocinas regionales y locales, con enfoques multiculturales e interculturales.
Se deben coordinar acciones orientadas a rescatar el conocimiento y valor nutritivo y sano de alimentos tradicionales olvidados en el ámbito comunitario y local, lo que contribuirá a la autosuficiencia y seguridad alimentaria, enfatizó.
La legisladora señaló que la magnitud y complejidad del problema alimentario rebasa toda clase de fronteras y, por ello, se requieren acciones en el ámbito legislativo, gubernamental, académico y de las organizaciones sociales, civiles, campesinas e indígenas. Además, propuestas de salvaguarda en producción agropecuaria y pesquera y mapas de pobreza alimentaria.
Dijo que la Asociación Slow Food tiene como finalidad el alimento autosustentable y que coincide con el trabajo de la Comisión, ya que ambos buscan que se brinde a la población una alimentación buena, limpia y justa.
Por su parte, la diputada María Esther Garza Moreno mencionó que Slow Food y sus programas pueden apoyar el trabajo legislativo que se impulsa desde la Comisión para reglamentar y hacer efectivos los derechos a la alimentación.
Subrayó que se pueden vincular acciones gubernamentales con la sociedad civil para exigir este derecho mediante propuestas de políticas que atiendan todas las fases de la cadena alimenticia, desde perspectivas culturales, de identidad y de seguridad nacional que incluyan la autosuficiencia y soberanía alimentaria.
Por su parte, José Alejandro Guerrero Padilla, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), mencionó que es necesario implementar acciones que permitan crear una cultura de la alimentación sana.
“Se debe enseñar a comer a la ciudadanía, porque a veces no se necesita ser rico o millonario para poder comer bien”. Afirmó que el país posee una extensión de campo adecuada para producir el alimento suficiente para la población.
Andrea Amato, responsable de Slow Food para América Latina, expuso que la asociación fomenta la ecogastronomía, la defensa del placer gastronómico y la revalorización de los productos alimenticios de cada región.
Agregó que la asociación está integrada por 100 mil asociados distribuidos en 150 países, en mil 500 grupos, de los cuales 20 se encuentran en México.
Destacó que Slow Food se compromete en la salvaguarda de los alimentos, de las materias primas, de las técnicas de cultivo y de transformación heredadas por los usos locales consolidados en el tiempo; en la defensa de la biodiversidad de las especies cultivadas y salvajes, y en la protección de locales gastronómicos y de convivencia.
Expuso que el tema de la alimentación no sólo se debe ver “desde la perspectiva del plato”, sino desde su alrededor, es decir, se tiene que trabajar con los productores y los consumidores para promover una alimentación de calidad, amigable con el medioambiente y con precios justos tanto para los productores como los consumidores.
En su turno, Alfonso Rocha Robles, consejero internacional de Slow Food México y Centroamérica, indicó que este organismo busca impulsar proyectos que permitan garantizar la soberanía alimentaria, a través de mapeos de los productos endémicos y con ello promover su consumo.