La senadora Dolores Padierna presentó una iniciativa que adiciona el artículo 64-A a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para que la remuneración bruta total que se asigne anualmente al Presidente de la República en el Presupuesto de Egresos de la Federación, no pueda exceder al equivalente a cien salarios mínimos del área geográfica “A”.

Además, pretende que para la asignación de las remuneraciones de los demás servidores públicos se observará lo establecido en el artículo 127 de la Constitución.

En la exposición de motivos, la legisladora explicó en la sesión de este martes que al no establecerse un criterio específico para determinar la remuneración del Presidente la República, ésta se ha mantenido en niveles muy elevados en comparación con los prevalecientes para la mayoría de los mexicanos.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2013, se establece como remuneración bruta total para el Presidente de la República, la cantidad de 4 millones 210 mil 186 pesos anuales, lo que equivale a 183 salarios mínimos generales promedio de las tres áreas geográficas para las que se determina dichos salarios mínimos.

La remuneración del Presidente de la República, y como consecuencia de ésta, la de los altos funcionarios públicos, son inequitativas en relación con las de la mayoría de los mexicanos. El salario diario promedio de la población ocupada al tercer trimestre de 2012 era de 184 pesos, equivalentes a 3 salarios mínimos.

En 2012, el salario medio de cotización de los trabajadores asegurados por el IMSS fue de 260 pesos diarios equivalentes a 4.3 salarios mínimos, cantidades inaceptablemente inferiores a los 183 salarios mínimos que se pagan al Presidente de la República, con el dinero de todos los mexicanos, argumenta la senadora en su documento.

Añade que en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, levantada por el INEGI en 2010, se consigna que el ingreso promedio del 10 por ciento de los hogares de mayores ingresos fue de 484mil 458 pesos anuales, en ese año las remuneraciones del Presidente de la República ascendieron a 4 millones 13 mil 103 pesos, 8.3 veces más que el promedio del ingreso del 10 por ciento de las familias más ricas del país, lo que ubica al Presidente de la República en situación de privilegio dentro del grupo de población más favorecido.

“No sólo el Presidente está en esta condición de privilegio, ya que la estructura salarial de los funcionarios de mayor nivel del sector público, tienen también elevadas remuneraciones. Así por ejemplo, las remuneraciones de los directores generales oscilan entre el 42 por ciento y el 91 por ciento de las del Presidente de la República; es decir, equivalen a entre 77 y 166 salarios mínimos. Por encima de los directores generales están jefes de unidad, oficiales mayores, subsecretarios y secretarios de estado”, aseveró.

Padierna cuestionó que mientras los ingresos de los altos funcionarios públicos se mantienen en niveles que los ubican en condiciones de privilegio, los de la mayoría de los trabajadores se deterioran constantemente.

Entre 2005 y 2012, el número de trabajadores con ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas se incrementó 20 por ciento. “La percepción neta (percepción bruta menos impuestos) mensual del Presidente de la República es de 254 mil 065 pesos, cantidad suficiente para comprar 107 canastas alimentarias y no alimentarias, establecidas por el Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL) para medir las líneas de bienestar de la población.

Según el propio CONEVAL, en 2010 había 21.2 millones de mexicanos que percibían ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas de alimentación; es decir, que estaban en situación de pobreza alimentaria y 36.5 millones adicionales no tenían ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas totales; es decir que estaban en situación de pobreza de patrimonio.

La situación de esta gran cantidad de mexicanos contrasta con la de privilegio de los altos funcionarios públicos que reciben ingresos para comprar más de 100 canastas básicas”.

Frente a este panorama, dijo, no hay una respuesta solidaria de los altos funcionarios públicos a la precaria situación en que se encuentra una gran parte de la población. Por ello se propone adicionar a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria el Artículo 64-A en el que se establezca que el tope máximo de la remuneración del Presidente de la República sea equivalente a 100 salarios mínimos.

“Al establecer el tope salarial del Presidente de la República en 100 salarios mínimos, no sólo impactaría positivamente al Ejecutivo Federal sino a los tres poderes de la unión y a los tres órdenes de gobierno. Además que se ajustarían automáticamente en función de los salarios mínimos”, finalizó.