Sierra Negra, Puebla.- La comunidad científica de Estados Unidos y México celebra la inauguración del Observatorio de Rayos Gamma HAWC —siglas en inglés de High Altitude Water Cherenkov—, un experimento de ciencia de frontera que permitirá seguir desentrañando los misterios del universo, mediante el estudio en los próximos diez años de la radiación electromagnética más energética que existe en el cosmos.
En la ceremonia de apertura llevada a cabo en el mismo lugar donde se localiza el observatorio, en el volcán Sierra Negra, dentro del Parque Nacional Pico de Orizaba, a cuatro mil 100 metros de altura, se congregaron alrededor de 300 personas entre científicos, autoridades federales, representantes académicos de universidades e invitados especiales de los dos países.
HAWC está integrado por 300 detectores Cherenkov, cada uno constituido por un enorme contenedor de agua ultrapura de cinco metros de alto por siete metros de diámetro, todo equipado con instrumentación de alta sensibilidad.
El experimento monitorea las 24 horas del día los 365 días del año fuentes celestes emisoras de rayo gamma. A partir de este viernes el observatorio opera al cien por ciento de su capacidad.
Fue una cantidad de visitantes nunca antes registrada en el sitio donde se organizó una estancia que incluyó un recorrido por las instalaciones, enriquecido por las explicaciones que ofrecieron colaboradores que participaron en el levantamiento de la espectacular infraestructura, la cual llevó un proceso de preparación de seis años.
El acto lo presidieron el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero, y la directora de la National Science Fundation (NSF) de Estados Unidos, France Córdova, quienes estuvieron acompañados por Jordan Goodman, profesor e investigador principal del proyecto HAWC en la Universidad de Maryland; Alberto Carramiñana, director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), y Carlos Arámburo, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En su intervención, Cabrero aseguró que México se enorgullecía de saber que HAWC es un observatorio único en su clase, diferente a los observatorios clásicos basados en espejos, lentes o antenas; y que fue diseñado para el estudio astrofísico de las altas energías.
Recordó que algunas de las razones que llevaron a tomar la decisión de instalar el observatorio en nuestro país, específicamente en el volcán Sierra Negra, fueron su ubicación, las condiciones atmosféricas de la zona, la relevancia del proyecto y su alineación con otros observatorios en Chile y Estados Unidos.
Este esfuerzo de colaboración termina hoy.
El HAWC está listo para empezar, para llegar a la totalidad de su desarrollo y consolidarse como el instrumento más poderoso, capaz de observar los acontecimientos más extraordinarios que tienen lugar en el cosmos.
*Con información de la revista digital Teorema Ambiental