Los senadores Rubén Velázquez López y José Luis García Zalvidea, presentaron una iniciativa para reformar la actual legislación federal para Prevenir y Sancionar la Tortura y crear una ley general en la materia, con el fin de fortalecer los lineamientos que permitan sancionar esta práctica y garantizar los derechos humanos de aquellas personas que son agredidas.

A decir del senador Rubén Velázquez el delito de la tortura establecido en la ley federal en la materia, omite diversas disposiciones contempladas en las Convenciones Internacionales tales como: que todos los actos de tortura constituyen delitos conforme al derecho penal y se deben plantear sanciones severas para castigar esta práctica.

Además, establece que no se admitirá como justificación del delito la peligrosidad del delito o penado, ni la inseguridad del carcelario o penitenciario puede justificar la tortura, y que los Estados partes garantizarán que sus respectivas autoridades procederán de oficio.

En la iniciativa que se encuentra en las Comisiones Unidas de Derechos Humanos, y de Estudios Legislativos, Primera, el legislador chiapaneco explicó que en el país existe un problema de competencia por jurisdicción del delito de tortura, ya que en el sistema jurídico mexicano existe la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura, 13 legislaciones estatales en la materia, y la tipificación de 18 Códigos Penales estatales.

Comentó que su proyecto de ley obedece a la falta de homologación en este delito, “la franca cultura de violación a los derechos humanos y la impunidad sobre su castigo” que propician que la tortura en México sea utilizada como práctica común por parte de las autoridades.

“Esta propuesta tiene por objeto reformar la Ley Federal por Ley General para Prevenir y Sancionar la Tortura, en virtud de la existencia de facultades concurrentes en la materia, por la notable condición de la persecución del delito tanto en el fuero común y en el federal”, abundó.

Rubén Velázquez dijo que esta reforma establece la prohibición del empleo de la tortura; amplía los elementos que conforman el tipo penal: como la investigación criminal, medidas preventivas, castigos;  la equiparación del delito; incorporar una nueva causa excluyente e incrementar la sanción privativa de la libertad por el gran daño que ocasiona esta práctica criminal.

Además, dijo que pretende definir como tortura la aplicación sobre una persona métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o disminuir su capacidad física o psíquica, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica.