La ley federal para combatir el lavado de dinero es una herramienta para ganarle territorio a los enemigos de la paz, la armonía y la esperanza de los mexicanos, aseguró la senadora por el Estado de México, Ana Lilia Herrera Anzaldo.
Entrevistada sobre la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita aprobada ayer por el Senado de la República, Herrera Anzaldo destacó que se trata de la primera norma mexicana totalizadora para perseguir el lavado de dinero, castigar el blanqueo de recursos producto de actividades perniciosas y criminales.
Señaló que es un instrumento jurídico indispensable para cualquier Estado moderno que pretenda abatir con eficacia los índices de criminalidad cerrando los márgenes de maniobra financiera y patrimonial.
La senadora priísta enfatizó que flujos de efectivo, depósitos en cuentas bancarias, joyería, bienes inmuebles y lujos desproporcionados que provienen de los botines del crimen organizado nacional e internacional son recursos inadmisibles porque rompen el tejido social, trasgreden el orden jurídico y lastiman a personas bajo diversas modalidades y crueldades.
“Esta Ley Federal contra la formación de fortunas ilícitas constituye una herramienta de la inteligencia financiera; una herramienta de inteligencia judicial con la que el Estado le pega a la rentabilidad del acto criminal, al fetichismo del dinero fácil rompiendo el orden, a la obsesión de la riqueza por cualquier medio y a la fascinación de poseer lastimando”.
Herrera Anzaldo refirió que donde el Estado de Derecho es débil, el dinero mal habido le disputa el poder. El dinero blanqueado soborna y pervierte, compra armas y forma ejércitos, y de ahí la importancia de tipificarlo como delito grave.
Abundó que todas estas decisiones legislativas facilitan a la comunidad financiera y a las fuerzas del orden las herramientas necesarias para dejar sin soporte los movimientos del crimen organizado.