Guillermo Pimentel Balderas

El presidente de la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (UNIMOSS), Javier López Macías, acusó a los gobiernos de los estados de aplicar los apoyos al campo de acuerdo al partido político en turno, a la coyuntura o a la moda, aspectos que de nada le sirven a la producción de alimentos; además de que hay programas asistenciales que se disfrazan de productivos.

En entrevista, evaluó las actuales políticas agropecuarias que aplican los Gobiernos Estatales al indicar que el campo es vulnerable por la desorganización en la producción, explotación inadecuada de agua, tierra y bosque; la especulación de precios de alimentos, la volatilidad en los mercados internacionales, el encarecimiento de los insumos, el cambio climático y la presión que ejerce el crecimiento de la demanda de alimentos ante la explosión demográfica que, según estimaciones, en 40 años seremos 150 millones de mexicanos.

López Macías insistió: “necesitamos hacer transversal la política dirigida al campo ya que en ella deben vincularse, de manera integral, las diferentes secretarías de estado con los tres niveles de gobierno, para construir políticas públicas y programas con el mismo objetivo, por  ejemplo la parte educativa debe estar ligada al desarrollo de habilidades para el mundo laboral que en el agro deberían estar dirigidas a la de producción primaria o pymes rurales”.

El dirigente de UNIMOSS enfatizó que si queremos un campo y un país con seguridad y soberanía alimentarias, tenemos que definir una política integral para el desarrollo del agro, la cual sea transversal y evite políticas de coyuntura o de moda como las que se aplican en los 32 estados del país.

Al mismo tiempo, el presidente de UNIMOSS se refirió al tema de seguridad y soberanía alimentaria en el país, las cuales, precisó, son cosas diferentes pues la primera se define en que los cupos de importación no excedan el 20 por ciento del monto de las exportaciones de alimentos nacionales.

En tanto, la soberanía alimentaria, continuó, se sustenta cuando una nación produce los alimentos que demanda la población, por lo que se debe definir cuales productos son estratégicos para el País y para ello manejar inventarios estratégicos y una política de protección para estos.

Javier López Macías puso como ejemplo la importación de leche que hace Liconsa para venderla a menor precio a todos aquellos que requieren el apoyo del Gobierno Federal y cuestionó la falta de “una política paralela para desarrollar a los productores nacionales del lácteo y así evitar el importar el producto de Nueva Zelanda o de otros países; pues con ello les estamos generando empleo a ciudadanos de otras naciones, en vez de hacerlo en nuestro país”.

Dijo que otro programa que muestra resultados insostenibles es el PROCAMPO, pues a pesar de que se le asignan más de 17 mil millones de pesos al año, éste no está conectado a la productividad en el campo, “a los resultados de aumentar la producción nacional, a la tecnificación a la innovación o la organización productiva”.

El dirigente de UNIMOSS, también habló de la necesidad de contar con una nueva cultura de innovación tecnológica para el campo donde los viejos paradigmas de preservar el genoma del maíz para no usar transgénicos se terminen pues este nuevo tipo de grano lo consumimos en la carne; ya que el 95 por ciento del maíz amarillo que se consume en el sector pecuario proviene de Estados Unidos y Canadá, es decir, es un producto transgénico.

Ante esta situación, lanzó la advertencia de que si no invertimos en esquemas productivos de desarrollo, de empresarialización del campo con las economías de escala que requieren sectores regionales para ser competitivos, crecerá nuestra dependencia alimentaria en las importaciones.

“Hoy tenemos que pensar que la modernización sustentable de la agricultura tradicional pasa por la innovación tecnológica, por un modelo de organización diferente, por una política de desarrollo nacional agropecuario que permita integrar las variables de una manera más planeada”.