Por Guillermo Pimentel Balderas
Juan Arizmendi Hernández, dirigente de la Unión Nacional de Productores Pecuarios A.C, pidió al nuevo gobierno que encabezará Enrique Peña Nieto que al igual que a la Secretaria de la Reforma Agraria (SRA), no desaparezca Liconsa y mejor se fortalezca en beneficio de 25 mil familias que se dedican al trabajo pecuario y que están prácticamente condenadas a desaparecer por falta de incentivos económicos.
En entrevista, el líder nacional de los ganaderos sociales del país, advirtió que si para el próximo año no hay presupuesto de Liconsa para comprar más de 2 millones de litros diarios la leche cruda, los productores entraran en banca rota.
“Hay zozobra entre los ganaderos sociales debido a que ni Liconsa ni la Secretaria de Desarrollo Social –de quien depende la paraestatal-, se sabe si seguirán comprando la producción nacional”, indicó.
Arizmendi Hernández reiteró que Liconsa no solamente no debe desaparecer, sino que se debe de fortalecer, porque es una institución que beneficia a 6 millones de mexicanos en pobreza alimentaria que se les surte leche a un precio económico de 4.50 pesos cuando en el mercado normal está por arriba de los 13 pesos.
“Liconsa se debe fortalecer, porque según evaluaciones hechas en los últimos años, pues ha aumentado la pobreza en nuestro país, ya que de los más de 70 millones de mexicanos en esta situación, se considera que hay 28 millones en pobreza alimentaria, por lo cual la paraestatal debe aumentar su beneficio de los 6 millones que tiene en el padrón a por lo menos el doble; es decir, a 12 millones de mexicanos”, apuntó.
El dirigente de la UNPP consideró que Liconsa debe ajustar sus programas, primero, en este sentido, que es aumentar su padrón de beneficiarios, y de esta manera poder enfrentar el problema de la pobreza alimentaria en México.
También, agregó, se deben sustituir las importaciones del lácteo –en polvo- que se considera en 700 millones, pues con eso se podría arraigar a los productores nacionales hasta con la compra de 950 millones de litros, con un comprador seguro.
“Ahorita, son momentos en que los productores sociales están en un completo viacrucis, pues ya no tratan de ganar sino de sobrevivir, debido a que están desapareciendo muchos establos por la venta de vacas lecheras por la falta de poder colocar su producto y el incremento de los granos con que se alimenta al ganado”.
Aseguró que son miles los que se han retirado de esta actividad, que también es un desperdicio de cultura ganadera, desde levantarse temprano para dedicarle casi todo el día al cuidado, alimentación y la ordeña de los animales. “Es prácticamente una actividad cultural que se va perdiendo poco a poco”, lamentó.
Subrayó que es urgente que el gobierno de Peña Nieto volteé también su mirada a la producción lechera nacional, pues debe apoyar esta actividad con buenos precios para detener, primero, la desaparición de establos, por la incosteabilidad del costo de producción y a como se vende la leche.
Luego, mencionó que se debe buscar que éstas gentes, ganaderos, se arraiguen al campo para que no terminen por vender sus vacas y, aprovechar la utilización de las tecnologías modernas, así como semillas mejoradas y forrajes, que se utilizan como alimentos para el ganado, para que haya más producción lechera.
“Creo que se tienen que adaptar posturas más agresivas para asegurar el alimento para el ganado, para que no vaya despareciendo poco a poco. Los precios de la leche que compra Liconsa deben revisarse cada año, debido a que siempre está subiendo y bajando, y los precios que se les pagan a los productores no son muy redituables”, acotó.
Juan Arizmendi Hernández demandó revisar muy bien los costos de producción para hacer esta actividad rentable, pues lo ideal, subrayó, sería que México pasara de ser un país importador de leche a ser un país autosuficiente. “Luego de estabilizarse y primero producir para consumo nacional, después exportar”.
Señaló que debe considerarse también a Liconsa con los recursos suficientes en el presupuesto de egresos de la Federación para mantenerse a un nivel competitivo para poder pagar precios justos a los productores sociales.
“El presupuesto para Liconsa debe considerarse tomando en cuenta gastos de distribución, tanto para las familias que viven en el medio urbano con la repartición de los 200 millones de litros diarios de leche, y para que también en los puntos de venta siempre exista el lácteo y, también mejore su planta productiva. A lo mejor hacen falta unas plantas más en varias partes del país y hay que considerarlo, y sobre todo, ampliar la recepción de leche cruda de los productores primarios de las diferentes regiones productoras del líquido en el país”, destacó.
El líder ganadero sólo consideró como una ilusión cerrar las fronteras a la importación de leche y consumir nada más lo nacional, pues, “sería como un sueño, ya que estamos en un comercio global y francamente tenemos muchos convenios internacionales, que si frenamos la importación nos frenarían en otras partes, y podría ser reciproco; entonces, ni pensarlo pues sería perjudicial. Creo que ahorita lo más grave es que el costo de producción primario y su venta”.
Expresó que actualmente México es deficitario en producción de leche y hasta podríamos aumentarlo, por lo que consideró que lo que necesitamos es pensar cómo aumentar más la producción. “La meta sería la autosuficiencia en leche porque mientras no tengamos esa meta y avancemos para reducir esa distancia de la autosuficiencia, simplemente no hemos hecho nada”, puntualizó.
Arizmendi Hernández explicó que Liconsa este año compró al productor a $ 5.50 por el litro de leche y la vende a $ 4.50 al consumidor, y que el padrón de beneficiarios es de 6 millones de personas en pobreza alimentaria, que es una cobertura corta al conceder que en el país mas del 50% de habitantes viven en pobreza y en pobreza alimentaria son 28 millones.
Recordó que la creación de Liconsa fue con el objetivo de llevar leche y nutrir a los más pobres de México y para esto, comenzó adquiriendo el producto en el extranjero, ó sea, leche en polvo de importación.
Manifestó que mientras un número considerable de ganaderos lecheros tiraban el producto porque se les hacia agria y no encontraban compradores, con la intervención de diputados se llego al acuerdo de que Liconsa compre leche a productores para sustituir importaciones.
La Cámara de Diputados, agregó, autorizo recursos para instalar 18 centros de acopio localizados en las áreas productoras para recolectar la producción. Se acopiaba 20 millones de litros el primer año, después fue de 100 millones y luego de 200 hasta llegar a 720 millones, apuntó.
En cuanto al precio que se compra actualmente a $ 5.50 al productor, dijo que ha sido rebasado por el precio real que compran las empresas lecheras, pues algunas llegan hasta $ 7.15 y es un precio que debe revisarse para que los ganaderos que entregan a Liconsa no desaparezcan por el bajo precio al que están entregando. “Hay escases de leche en México y en el mundo y los precios han subido.
Por ello, consideró dos alternativas de solución: “El gobierno debe aportar un peso por litro de leche que compra Liconsa o subir el precio de la paraestatal a sus beneficiarios. La imagen de Liconsa le da fuerza al ejecutivo, puesto que está dedicada a atender la alimentación de los más pobres de México, por lo que se debe ver como un problema prioritario”, consideró.