De no contar con la participación de los gobiernos estatales, el Pacto por México corre el riesgo de convertirse en una larga lista de buenas intenciones. Los gobiernos de los estados no pueden permanecer al margen de los acuerdos. Su participación es fundamental para que esta iniciativa tenga futuro, aseguró el senador Miguel Barbosa Huerta.
El coordinador parlamentario del PRD en el Senado de la República destacó que “los gobernadores son líderes en sus entidades y resulta difícil suponer que su participación se limite a ser simples espectadores o invitados a cada actividad convocada por la Presidencia. También debe considerarse que en las administraciones de los estados es en donde se registran actos de corrupción, opacidad y violación a los derechos, situación que debe corregirse”.
Es impensable que una iniciativa de esta naturaleza “arroje resultados óptimos únicamente con la intervención de la Presidencia de la República y las dirigencias nacionales del PRI, PAN y PRD”, opinó.
Miguel Barbosa explicó que el Acuerdo tiene como ejes la construcción de una sociedad de derechos y libertades, crecimiento económico, empleo, competitividad, seguridad, justicia, transparencia, rendición de cuentas, combate a la corrupción y gobernabilidad democrática.
“Por la densidad y complejidad de estos temas, para que el Acuerdo tenga éxito y logren materializarse políticas públicas y reformas constitucionales, se requiere la intervención de los gobernadores y de los congresos de los Estados”, reitertó.
El presidente del Instituto Belisario Domínguez llamó a los convocantes del Pacto Por México a ser sensibles a las demandas de los estados e incluir en el método de trabajo los mecanismos que les permitan involucrar a las autoridades estatales.
Lo verdaderamente transcendental será cumplir los 95 compromisos ahí expresados. La transición en México se ha extendido en más de dos décadas, y aunque ha habido transformaciones en materia de derechos políticos, humanos y de libertades, no ha sido posible disminuir la pobreza y eliminar la desigualdad de la sociedad mexicana, concluyó.