La secretaria de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, María Elena Orantes López, propuso exhortar a la Secretaría de Energía, a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a que implementen una campaña extraordinaria de supervisión del peso, precio exacto y sustitución de cilindros, tanques estacionarios y pipas de distribución de gas LP de uso doméstico y comercial que se encuentren en mal estado.
Indicó que según cifras de las autoridades, en el país existen más de 24 millones de cilindros que se ofrecen al público, de los cuales, se estima que 40 por ciento no tienen condiciones adecuadas para seguir en funcionamiento.
Un gran porcentaje de los cilindros de gas LP presentan abolladuras, protuberancias, perforaciones, corrosión y fugas; lo mismo ocurre en pipas y tanques estacionarios. “Todo esto aunado a un peso inexacto en los tanques, y un abuso de las pipas distribuidoras en el cobro y el peso”, añadió.
Orantes López destacó que de los efectos que puede ocasionar el mal estado de los cilindros son varios; el más común, cuando el gas licuado se fuga a la atmósfera, este se vaporiza de inmediato, se mezcla con el aire y forma nubes inflamables y explosivas, que al exponerse a fuentes de combustión como chispas, flamas o calor, producen un incendio o explosión, y esto ocasiona alta inseguridad para los ciudadanos.
Desde el 2011 a la fecha, las empresas distribuidoras de Gas Licuado de Petróleo (LP) en el país, han comenzado un programa de sustitución de cilindros portátiles, con una inversión superior a los 157 millones de pesos.
Sin embargo, esta acción parece ser insuficiente, ya que las personas que consumen este producto han insistido en que las condiciones de sus cilindros y pipas de distribución siguen en mal estado y son un factor de alto riesgo.
La diputada Orantes relató que casos como la explosión de la pipa de gas, de doble remolque que ocurrió el día 7 de mayo de 2013 dejó un saldo de más de 20 personas muertas y un centenar de lesionados, dañando casas en Xalostoc, Estado de México.
Además, el mal estado y falta de mantenimiento de un auto tanque distribuidor de gas LP, de una empresa privada, explotó en el momento en que abastecía al hospital infantil materno de Cuajimalpa, el 29 de enero y dejó un saldo de 5 muertos, entre ellos personal del cuerpo de bomberos, y destruyó el 70 por ciento de este hospital.
El más reciente, el 12 de noviembre de 2015 la volcadura de una pipa de gas, en Tlalnepantla, Estado de México, que explotó y se incendió dejando cuatro muertos y más de 50 personas lesionadas, así como daños materiales y ecológicos por el derrame que dejó en la zona del accidente.
Orantes López puntualizó que México ocupa el primer lugar en consumo de Gas LP en el mundo. A nivel nacional se mantiene como el de mayor preferencia de los mexicanos, ya que 70 por ciento de los hogares lo utiliza para sus necesidades básicas.
“Si bien no existen cifras exactas del número de cilindros, tanques estacionarios y pipas que hay en el país, se estima que por lo menos el 50 por ciento de ellos requieren de una sustitución urgente e inmediata, y darles mantenimiento preventivo”, abundó.
Por ello, planteó exhortar a las autoridades competentes como la Secretaría de Energía, Pemex y Profeco para realizar una revisión exhaustiva e inmediata de los cilindros, tanques estacionarios y pipas que se encuentran en mal estado, con el fin de que se sustituyan aquellos que no pasen las pruebas de seguridad.
Con estas acciones, disminuirán los riesgos existentes en los hogares y se proporcionará mayor seguridad a la población en general. Es necesario hacer esa revisión para que se respeten los precios oficiales y el peso exacto de los cilindros de gas y el llenado correcto de los tanques estacionarios. Ello “con el propósito de acabar con el abuso de las gaseras y no seguir afectando la economía de los consumidores, brindándoles la prevención y protección civil”, recalcó.
La diputada expresó que el gas LP es actualmente un elemento útil en la vida cotidiana de la sociedad, ya que se usa en el hogar, el transporte y el trabajo, lo cual ha restado importancia al mal estado en el que se encuentran los cilindros de gas LP, principalmente de 20 y 30 kilos, tanques estacionarios de uso comercial y pipas de distribución.
En cada edificio, casa o departamento existen varios cilindros con una antigüedad de hasta veinte años, lo cual propicia que al no existir mantenimiento o sustitución de dichos cilindros por parte de la distribuidoras de gas, se conviertan en un peligro constante para las personas, pues “se ha observado que las supervisiones de rutina no son suficientes para atender y prevenir a la sociedad de una posible explosión”.