Los empleos temporales generan bajo consumo, no contribuyen al bienestar social y debilitan a la economía del país, por lo que urgen cambios a la Ley Federal del Trabajo para terminar con la práctica usual y desleal de los patrones de impedir que empleados adquieran antigüedad.
Así lo afirmó el diputado federal Danner González Rodríguez, al señalar que ya es momento de que exista un orden social justo en materia laboral y se respete el derecho de los ciudadanos a obtener un empleo útil y honesto, y recordó que el artículo 5 de la Constitución establece: “a ninguna persona podrá impedírsele que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos…”.
Desafortunadamente, sostuvo, este principio laboral no se cumple del todo por un fenómeno recurrente y constante de la economía mexicana: el desempleo. Esta anomalía, aclaró, es involuntaria, tanto del lado de los trabajadores como del lado del patrón.
Indicó que se trata de un círculo vicioso, ya que las personas que desean emplearse no son contratadas y las empresas, al existir desempleo, no reciben los ingresos que serían posibles si éste fuera menor.
Manifestó que los legisladores y las diversas autoridades gubernamentales poseen el deber de garantizar una ocupación digna y estable a la clase trabajadora y crear las condiciones que permitan a ésta el desarrollo de sus actividades y el ejercicio pleno de sus derechos.
Enfatizó que la falta de empleo genera en las familias inestabilidad en la convivencia, ocasionando consecuencias sociales negativas como la delincuencia, mayor presión fiscal para pagar los subsidios e incremento de la pobreza.
Por ello, González Rodríguez consideró necesario reformar el artículo 35 y derogar lo establecido en el 39 de la Ley Federal del Trabajo, con el propósito de estipular que las relaciones de trabajo sean por tiempo indeterminado y, de acuerdo a su naturaleza, por obra o tiempo determinado.
Con estas modificaciones, explicó, se lograría eliminar el margen de discrecionalidad y arbitrariedad que las figuras de empleos conceden actualmente al patrón, las cuales están sujetas a prueba o a capacitación inicial.
Puntualizó que la rotación del trabajo, como consecuencia de un contrato temporal e inestable, es una práctica usual y desleal que usan los patrones para impedir que sus empleados adquieran antigüedad y, con ello, toda la serie de prestaciones y derechos que les corresponden.
El diputado Danner González insistió en que el carácter permanente de la relación de trabajo y la disolución de éste debe ser únicamente a voluntad del trabajador, y sólo excepcionalmente del patrón, por incumplimiento grave de las obligaciones del empleado.
Desatacó que su propuesta pretende proteger a la clase obrera para que tenga lo que necesite y así lo deseen una permanencia más o menos duradera en su lugar de trabajo, además de hacer cumplir con los principios de los postulados de igualdad, libertad y el trabajo como un derecho y un deber social.