*Pluripartidismo, para qué
Entre las reglas de nuestra democracia ha estado el otorgar espacios políticos a todas las manifestaciones ideológicas, las cuales se han convertido en partidos políticos, formando así un pluripartidismo, que a su vez implica una división, en donde cada una de esas alternativa tienen como fin la búsqueda del poder o espacios del mismo, sin importar cómo obtenerlo, aunque su representatividad sea mínima o esté desgastada.
Es así que en estos tiempos de elecciones, las distintas expresiones políticas, ya no sólo las tradicionales, están aplicando sus métodos para tratar de ganar el voto del electorado y los están poniendo en práctica, anteponiendo a sus “figuras centrales”, más que a sus propios planteamientos ideológicos o programas de gobierno, esto es secundario.
Hoy hay una devoción, más que ciega, de los militantes y simpatizantes hacia las figuras representativas del partido de su preferencia y está siendo excesiva, pues muchos ya les rinden culto a su personalidad, lo que puede ser peligroso, pues el desencanto ya ha ocurrido en otros momentos, que ni el tiempo los ha podido borrar.
En este equívoco, la insidiosa e imparable mercadotecnia política sigue jugando un papel importante, al ser un factor de influencia y copartícipe de infundir confusión en el electorado indeciso y aun a los cautivos, al momento en que enaltecen imágenes de ciertos candidatos y de sus partidos, que al desglose, poco han ofrecido y pueden ofrecer para el presente y el futuro del pueblo, y por tanto del país.
Mas a pesar de esas mareadoras propagandas, no debemos olvidar que actualmente hay candidatos para los diferentes puestos de elección popular, tanto del PRI, PAN y PRD que han sido denunciados hasta penalmente por las transas realizadas en su trayectoria disque política, o simplemente hay sobradas dudas de sus honradez y honestidad, por lo que los ciudadanos que son los mejores sinodales deben reprobarlos, no votar por ellos.
Por otra parte, la cohesión de la sociedad civil alrededor de los procesos políticos electorales no se podrá incrementar a partir de que haya muchos partidos o muchos rostros, sino a partir de la confiabilidad en los resultados de los comicios y la garantía de que su voto será interpretado debidamente y no sólo contado como uno más emitido.
Hoy la credibilidad en el INE está por los suelos, ya no se le considera un árbitro imparcial, sino la comparsa del PRI y del Partido Verde Ecologista.
Cada uno de los sufragios que se emitan el 7 de junio implica una responsabilidad y compromiso ciudadano, que como tales, las autoridades electorales deben tomar en cuenta; no puede soslayarse el mínimo esfuerzo de la población en cuanto a la asistencia a su deber de mexicano y su derecho como ser humano.
La democracia y la justicia social en un pluripartidismo, es tema recurrente en los últimos tiempos, a pesar de la divergencia que existe en la interpretación de sus conceptos y de opiniones encontradas en cuanto a su práctica.
Es por eso que los distintos partidos políticos que contienden en estas elecciones, llamadas intermedias, no sólo tienen que conformarse con realizar pactos de civilidad en cuanto a las campañas, sino en cuanto a los resultados de los comicios.
Además que también deberán recoger aquellas coincidencias y unificarlas antes que puedan surgir restricciones forzadas, principalmente por el deterioro económico por el que atraviesa el país y el cual no podrá sacudirse en poco tiempo el sistema administrativo de México.
Los grandes cambios deben venir desde arriba, basados en programas, proyectos y soluciones que apacigüen las necesidades del pueblo, siempre con la participación y voluntad ciudadana y el consenso de los partidos políticos, de lo contrario se seguirá frenando y retrocediendo el camino de lo que un día fue la transición democrática y hará más difícil las acciones de gobierno en su tarea de ejercer el poder.
Un sector olvidado de la sociedad civil está participando en la política, alterando con su intervención el devenir de todos los partidos políticos; los candidatos independientes son claro ejemplo de ello, hay que escucharlos, pueden ser una mejor opción, porque en el pluripartidismo hay que meterle mucho dinero bueno a lo malo.