El senador Rubén Camarillo Ortega dijo que con la aprobación de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, “apoyamos a que en México los periodistas y las personas defensoras de derechos humanos puedan ejercer su labor con plena seguridad y libertad”.

Destacó que la reforma es producto de un trabajo colaborativo que inició en 2011 y se llevaron a acabo tres reuniones públicas, más de 20 privadas y 24 encuentros en una mesa de trabajo instalada con representantes de organizaciones civiles, asesores legislativos y funcionarios federales.

Añadió que con la creación de este mecanismo nacional de protección se estipula la responsabilidad del ámbito federal, define estructuras de los programas de protección, se establece la cooperación con los estados, además de que incorpora la experiencia y las recomendaciones que se han hecho a México a nivel internacional efectuadas en esta materia.

A su vez, el senador Ricardo García Cervantes destacó la “urgencia y necesidad” de la Ley por las persistentes amenazas, hostigamiento y muerte que han padecido los defensores de derechos humanos y periodistas.

Expresó su preocupación por la situación de amenazas y muerte que han padecido la señora Marisela Reyes Salazar, en Ciudad Juárez; Nepomuceno Moreno, en Sonora; Norma y María Luisa Andrade, en Chihuahua; Agnes Torres, en Puebla; Maximino García en Oaxaca;  Anabel Hernández y Alejandro Cereso, en el Distrito Federal, así como el de la Revista Luces del Siglo en Quintana Roo.

Estos casos y los que no están documentos, dijo, “no deben de quedar impunes y es una exigencia de justicia insistir en que los asesinatos de defensores de derechos humanos y de periodistas no sólo sean estadísticas, sino motivo de acción, cooperación y administración de justicia en nuestro país”.

Por su parte, el senador Fernando Castro Trenti comentó que con este esfuerzo legislativo se otorga el marco que se requería para los defensores de los derechos humanos y  periodistas, “ya que ellos conforman una comunidad que ha entregado su vida, dedicación y esmero a la salvaguarda de los intereses de la sociedad”.

“La comunidad de periodistas no cuenta con un sistema de previsión social que le permita no sólo acumular experiencia, sino también transferir la seguridad social que le corresponde por su actividad a su familia”, expuso.