La visita del presidente Barack Obama a México aún deja temas pendientes por atender en la agenda bilateral, entre ellos, la migración, derechos humanos y el trasiego ilegal de armas, rubros en los que el gobierno americano no ha ofrecido propuestas concretas para avanzar sustancialmente, aseguró el senador Miguel Barbosa Huerta.

“Las relaciones con Estados Unidos son estratégicas para México, sin embargo, de la parte estadounidense, tanto el acuerdo migratorio como el tema de la venta de armas se encuentran en proceso de negociación y aún no existen acuerdos establecidos en estos importantes temas”, abundó el coordinador de los senadores del PRD.

El también Presidente del Instituto Belisario Domínguez señaló que ambos países necesitan “revitalizar” sus relaciones en un contexto de colaboración, respeto y beneficio mutuo.

“La gira de trabajo del mandatario estadounidense debe ser la primera de una lista de encuentros que permitan avanzar en la construcción de acuerdos que beneficien a ambas sociedades y posibiliten un mayor acercamiento entre nuestros pueblos”, señaló el senador Miguel Barbosa.

El Coordinador Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática indicó que un factor que posibilitó la reelección de Barack Obama en noviembre de 2012 fue el voto de los latinos, particularmente de mexicanos que tuvieron un papel destacado.

“Esto debe traducirse en mayores esfuerzos del gobierno de Estados Unidos para mejorar las condiciones de vida y el respeto a los derechos de la comunidad latina residente en ese país”, sostuvo Barbosa Huerta.

“Desde la izquierda resulta fundamental que en el contexto de las relaciones México-Estados Unidos, la defensa de los derechos de nuestro compatriotas en el exterior tengan un papel central y que se privilegie en cualquier redefinición de política exterior”, comentó.

El senador Miguel Barbosa manifestó que el PRD en la Cámara de Senadores impulsará a través de la diplomacia parlamentaria acciones para mejorar y fortalecer las relaciones con el gobierno del presidente Barack Obama y el Congreso americano.