*ÁMBITO DE NEGOCIACIÓN*

*ETA-GOBIERNO*

*Se muestran dispuestos a sentarse en una mesa para abordar y dar unasolución a las consecuencias del conflicto. Uno de los temas principales es el de los presos. En opinión de ETA, ¿de qué forma, en qué términos, hay que encararlo? ¿Dónde se sitúan los mínimos en esta cuestión?*

En primer lugar, hay que darle una respuesta en términos políticos y generales. Cuando hablamos de cerrar un ciclo, la solución debe ser colectiva. En segundo lugar, el proceso debe traer consigo la vuelta a casa de todos los presos y presas vascos. Cualquier otra opción sólo puede plantearse desde propósitos de venganza o por intereses políticos particulares, pero no si se pretende construir una solución firme y duradera. ¿Alguien puede imaginarse la paz con las cárceles de España y Francia llenas de presos políticos vascos? Otra cosa, importante también, es cómo se lleva a cabo eso. Es lo que hay que hablar y acordar en la mesa de diálogo.

El tiempo también tiene su importancia. Debería resolverse cuanto antes, tanto por el aspecto político como por el humano. Eso daría al proceso una gran fortaleza y credibilidad.

¡*¿Y los exiliados? Puede haber situaciones muy dispares en ese colectivo.*

Hay situaciones diferentes, sí, y la salida a algunas de ellas no debería retrasarse mucho. El propio Colectivo de Exiliados ya ha tomado la iniciativa con anterioridad, a modo de iniciativa política. Por lo demás, también en este caso sirve lo manifestado respecto a los presos políticos. Todos los exiliados vascos deben estar en casa.

*¿ETA pretende representar a todos ellos, o esos colectivos deben tener voz propia?*

Esos colectivos tienen voz propia y deben seguir teniéndola, sin duda alguna. En la medida en que son agentes políticos, tienen derecho a participar en el proceso. Para construir un escenario de paz y libertad, constituyen uno de los activos políticos principales de Euskal Herria, y creemos que les corresponde una función importante a la hora de impulsar y reforzar el proceso.

En el ámbito negociador, en la medida en que deben superarse las consecuencias del conflicto en su globalidad, ETA asume la gestión de esos aspectos. No lo haría si no contara con la autorización de ambos colectivos. Además, de cara a la negociación, ETA ha adoptado un compromiso concreto: no tomará ninguna decisión que afecte a los presos y exiliados vascos sin contar con su aprobación.

*La cuestión de las víctimas creará gran expectación y, quizá, mucha polémica. ¿Cuál será la posición de ETA?*

En este tema existe una gran utilización política y manipulación. La principal víctima del conflicto es Euskal Herria, un pueblo que han pretendido hacer desaparecer y que ha sido continuamente agredido. Un pueblo que no ha podido construir su futuro desde la libertad. Las principales víctimas han sido las vascas y los vascos. No hay generación que haya conocido la paz y la libertad. ¿Quién mide el daño y el sufrimiento que ha provocado esa realidad? Se menciona el sufrimiento de estos últimos 43 años, ¿pero quién pone el límite? También podríamos retrotraernos más en el tiempo. Podríamos citar las matanzas sufridas por el pueblo vasco en el último siglo. ¿O es que la actual confrontación armada no prendió de los rescoldos que dejó el bombardeo de Gernika?

La confrontación armada de las últimas décadas ha causado mucho sufrimiento, sin duda. También las acciones de ETA. No somos insensibles.

Hemos conocido el sufrimiento en nuestras propias carnes. Sabemos lo que es perder compañeros de lucha, qué es el dolor, qué supone no tener al lado a los seres queridos. Pero no podemos estar de acuerdo con esa lectura que pretende hacer olvidar las claves del conflicto. No podemos estar de acuerdo con ese propósito de condenar la lucha por la libertad. No podemos estar de acuerdo con esa única realidad que pretenden presentarnos, y tampoco con esa actitud fascista y la sed de venganza que se está alimentando en los últimos años en España.

ETA tiene un compromiso absoluto con el proceso de resolución. Hay que solucionar definitivamente el conflicto, en su globalidad, superando todas las violencias y abordando las raíces del mismo. Ése es el único camino para construir un escenario de paz real y duradero y para garantizar que el conflicto no provocará más sufrimiento.

Junto a ello, hay que trabajar la memoria histórica. Se habla mucho del reconocimiento del sufrimiento y de las víctimas. Es importante. Y hay múltiples víctimas y sufrimientos generados por la violencia de los estados que siguen sin ser reconocidos: el terrorismo de estado, la tortura, los asesinatos de militantes de ETA, la violencia de las fuerzas policiales...

En la mayoría de los casos, incluso se niega que haya ocurrido.

*Euskal Herria está repleta de fuerzas policiales. ¿El proceso debe influir en esta situación?*

El proceso debe conllevar la desmilitarización de Euskal Herria, sin duda alguna. El final de la confrontación armada no podría entenderse si Euskal Herria permanece llena de fuerzas armadas. Porque ¿cuál sería su objetivo si no es la amenaza de conculcar la voluntad de la ciudadanía vasca? ¿Cuál sería su función si no es la persecución de la actividad política del independentismo? Si la solución debe ser democrática, no debe estar bajo la amenaza de fuerzas armadas.

Además, es un paso fundamental también para cerrar las heridas que ha dejado el conflicto. Los distintos cuerpos armados han causado mucho dolor en este pueblo. Las páginas más oscuras de ese relato que hemos mencionado las ha escrito la Guardia Civil. Supondría un paso de gran importancia para la conciencia colectiva de la ciudadanía vasca.

*¿Están dispuestos a hablar de desarme? ¿Han hablado de ello, por ejemplo, con la Comisión de Verificación?*

La cuestión de las armas está incluida en la agenda de la negociación entre ETA y el Estado, y estamos dispuestos a hablar de ello y también a adoptar compromisos, en la lógica de la solución de todas las consecuencias del conflicto.

En cuanto a la segunda pregunta, no; no hemos tratado sobre ello con la Comisión de Verificación. Seguramente podría jugar un papel, pero hay que ir paso a paso.

*¿Qué modelo negociador prevén? ¿Dónde, cómo, quién, ante quién...?*

Hay que configurar un modelo negociador fuerte y efectivo. Para ello, hay que emprender conversaciones directas entre ETA y los estados español y francés, con la dinamización de algún agente internacional que ayude al proceso. Creemos también fundamental la participación de observadores internacionales para hacer seguimiento del desarrollo de los acuerdos que se adopten y, por tanto, como garantía del cumplimiento de esos acuerdos.

Respecto a la agenda negociadora, en nuestra opinión, hay tres temas principales: la vuelta a casa de todos los presos y exiliados políticos vascos, la inutilización de las armas de ETA y la desmilitarización de Euskal Herria. En la mesa de negociación hay que acordar las fórmulas para desarrollar todo eso, y se puede prever que será necesaria la ayuda de asesores.

El modelo está bastante asentado según la experiencia de anteriores procesos. Y ETA está dispuesta. Por lo tanto, el proceso de diálogo podría iniciarse mañana mismo si los gobiernos dan una respuesta positiva.

*¿Y si los estados no están dispuestos a dar ningún paso significativo?*

Puede que lo intenten, con la convicción de que bloqueando este carril frenarán el proceso político. O que lo hagan porque, simplemente, no quieren ninguna solución. Observando anteriores experiencias, no hay ninguna razón para confiar en la voluntad de los estados.

Eso dificultaría la situación, en la medida en que el proceso requiere de la participación de los estados. ¿Cómo se le podría hacer frente? Asumiendo el reto. Hay que actuar con paciencia, sin resignarse, prosiguiendo con la lucha y el trabajo diario, agrupando nuevas fuerzas, dando mayor eficacia a las ya existentes... El proceso no se va a desarrollar sólo en la mesa negociadora. La reivindicación y la presión popular tienen una función decisiva. Además, la decisión de ETA ha dado una responsabilidad añadida a toda la ciudadanía, y especialmente a la base social de la izquierda abertzale. Son tiempos de compromiso. Y resulta fundamental ser conscientes de ello.